De los chips que China importó, aproximadamente la mitad se exportarían incorporados a otros productos. (Pixabay)
De los chips que China importó, aproximadamente la mitad se exportarían incorporados a otros productos. (Pixabay)

China importará probablemente unos US$ 300,000 millones en semiconductores por tercer año consecutivo, dijo un funcionario de la industria, una muestra de dependencia del conocimiento técnico extranjero a pesar de sus esfuerzos por ganar capacidad local.

China es el mayor importador de chips del mundo”, afirmó Wei Shaojun, vicepresidente de la Asociación de la Industria de Semiconductores de China, en la Conferencia Mundial de Semiconductores.

Después del 2013, nuestras importaciones de chips excedieron los US$ 200,000 millones. En el 2018 superaron los US$ 300,000 millones y en el 2019 todavía estaban en US$ 300,000 millones. Si no ocurre nada fuera de lo normal este año, serán US$ 300,000 millones o más”, dijo, según un video de la conferencia publicado por sus organizadores.

Agregó que de los chips que China importó, aproximadamente la mitad se exportarían incorporados a otros productos.

China ha estado gastando miles de millones de dólares en un esfuerzo por acelerar las mejoras en su industria nacional de chips, una campaña que enfrenta nuevas urgencias por la presión de Estados Unidos sobre el gigante tecnológico chino Huawei Technologies Co Ltd.

La administración del presidente estadounidense Donald Trump amplió sus restricciones sobre Huawei y prohibió a los proveedores vender chips fabricados con tecnología estadounidense a la empresa sin una licencia especial.

Esta medida probablemente impedirá el acceso de Huawei incluso a chips comerciales, lo que amenaza su posición como mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo y podría obstaculizar el suministro mundial de tecnología.

Los esfuerzos de China para desarrollar una industria independiente de chips son liderados por empresas como Semiconductor Manufacturing International Corp, que planea aumentar drásticamente su gasto de capital pero enfrenta desafíos como la falta de propiedad intelectual.