Se debe entender que el fondo de cada trabajador es una inversión pasiva, no gestionada o administrada por el trabajador. El 2021, el valor de los fondos se incrementó en +7.70 % (previo a comisiones). En base a ello, cada afiliado debe preguntarse: ¿Tengo alternativas de inversión donde pueda generar una rentabilidad superior a la mencionada sin tener que gestionarla?
Con seguridad, la mayoría de los casos responderá que no. Entonces, no es conveniente retirar los fondos. Pese a ello, y manteniendo la óptica financiera, enumero tres escenarios donde puede tener sentido el retiro de fondos:
1. Problemas de liquidez de forma permanente. Es decir, deudas contraídas con pagos que superan en forma considerable los ingresos del afiliado. En dicho caso, los fondos deberían usarse para disminuir el capital y, por ende, los pagos mensuales.
2. Inversión pasiva. Una alternativa que ofrezca un rendimiento superior al 8% anual y sin tener que ser gestionada por el trabajador.
3. Inversión en educación. La formación profesional es el mejor activo y con mayor rendimiento que puede tener cualquier persona.