El cultivo de hojas de coca y la producción de alcanzó cifras récord durante el 2020 en Colombia y Perú, y rozó también sus máximos históricos en Bolivia, según estimaciones publicadas por el Gobierno de Estados Unidos.

La Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca (ONDCP, en inglés) citó la violencia en las zonas rurales y las restricciones impuestas por el coronavirus como los principales motivos que han impedido a las autoridades controlar el repunte de los cultivos.

En Colombia, la producción potencial de superó por primera vez el millar de toneladas, con una estimación récord de 1,010 toneladas frente a las 936 del año anterior.

También crecieron los cultivos hasta sumar una extensión de 245,000 hectáreas, lo que supone un aumento de más del 15% respecto al 2019, cuando ya hubo un récord de 212,000.

Estados Unidos recuerda en su informe que el Gobierno de Colombia erradicó “un récord” de 130,000 hectáreas e incautó 580 toneladas de cocaína durante el 2020, aunque no fueron suficientes para evitar unos aumentos en producción impulsados por las dificultades económicas de la pandemia.

”Estas tendencias muestran la necesidad de incrementar enfoques que combinen el desarrollo económico, una mayor presencia gubernamental, seguridad ciudadana, interdicción y erradicación en áreas rurales clave para reducir la producción de cocaína de manera sostenible y alcanzar la paz en áreas afectadas por conflictos”, apuntó la ONDCP.

Perú sufrió los mismos problemas, ya que “la pandemia supuso un obstáculo importante en los esfuerzos del Gobierno para proporcionar medios de vida alternativos a los excultivadores de coca”, recuerda la oficina gubernamental.

En el 2020, las plantaciones de coca en Perú alcanzaron una extensión récord de 88,200 hectáreas, según ONDCP.

En menos de 5 años, los cultivos de la planta se han duplicado en el país, ya que en el 2016 su extensión no llegaba a las 44,000 hectáreas. La producción potencial de cocaína en Perú se estimó en 810 toneladas.

Por su parte, en Bolivia, la producción potencial aumentó ligeramente hasta las 312 toneladas (frente a las 301 toneladas del año anterior), a pesar de que las hectáreas cultivadas se redujeron desde hasta las 39,400 del 2020 (frente a las 42,180 del 2019).

”Todos debemos hacer más para frenar el tráfico de drogas y promover políticas basadas en la evidencia”, afirmó la directora de la ONDCP, Regina LaBelle, quien destacó que la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, está invirtiendo en “estrategias de salud pública” para prevenir el uso de drogas y la adicción.

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