Martín Reaño, Socio de Reaño Asesores Financieros
Hay ciertas tendencias empresariales que ya no se van a revertir. Por lo menos en el corto plazo. Más aún, los mercados cada vez serán más exigentes y vigilarán que las empresas se adecúen a estas tendencias. Aquellas empresas que no lo hagan, terminarán achicándose o desapareciendo eventualmente.
Y no me refiero a la Inteligencia Artificial, tan comentada en estas semanas y cuya incorporación progresiva en los negocios tomará no menos de una década. Hay otras tendencias que los mercados valoran más y que fiscalizan para premiar o castigar a las empresas que las abrazan.
Son cinco las tendencias empresariales que los mercados valoran: responsabilidad social, ambiente laboral, cuidado del planeta, productos saludables y transparencia en la información. Y no basta solo con implementar las mejores prácticas asociadas a estos temas; las empresas tienen que asegurarse que el mercado sepa que observan estas prácticas y que promueven su difusión en otras empresas.
El problema que se ha presentado es que hay empresas que sienten que ya no les queda tiempo para ejecutar internamente los cambios necesarios para adecuarse a las nuevas tendencias. El mercado ya empezó a castigarlas o lo hará pronto. Inclusive si empiezan hoy a hacer los cambios, los resultados visibles no estarán listos a tiempo. La competencia ya empezó y las dejará atrás.
¿Cuál es la solución que han encontrado algunas empresas? Están comprando empresas que sí han avanzado en la incorporación de estas tendencias deseadas por el mercado y están integrando sus operaciones a las de aquellas empresas que sí son mejor vistas por el mercado. Así se explican muchas transacciones que se están dando y en las que la motivación principal para la compra es poder subirse al pódium de las empresas campeonas en la adecuación a las prácticas de gestión que el mercado hoy valora.
Es sumamente interesante lo que está ocurriendo. Empresas pequeñas en ventas pero conscientes de la manera correcta de comportarse en el mundo en que vivimos, están recibiendo ofertas de compra de jugadores bastante más grandes pero que necesitan el prestigio de las pequeñas.
Y lo mejor de todo: los compradores están dispuestos a pagar muy bien por estas empresas pequeñas.