(Foto: USI)
(Foto: USI)

Mencionar que la economía peruana no va a estar afecta o el impacto va a ser mínimo derivado de la volatilidad e incertidumbre del frente político es mentirle a la opinión pública y al empresariado.

Yo no voy a mentirles. Sí hay un efecto, y no es positivo. Decir que el país va a crecer al ritmo de 4% es una farsa. La razón es simple: el Perú y su economía se han mantenido un tanto inmunes a la volatilidad del frente político porque en todos los casos de crisis política de los últimos 20 años se ha observado una luz al final del túnel.

Esto ha permitido avizorar una salida clara con respecto a qué es lo que se puede hacer en el ámbito político para efectos de concluir cuál podría ser el impacto en el sector económico.

Por ejemplo, en el año 2001, todos estábamos claros que enfrentábamos una crisis política. No teníamos presidente en el país, estábamos con una crisis extrema en el Congreso y no había una suerte de herencia en términos de vicepresidencia. A pesar de eso, las fuerzas democráticas del país daban una luz con respecto a salir del entrampamiento político de ese entonces.

A diferencia de la crisis política del 2001, en el 2018 la crisis es mucho más severa y está asociada a un elemento que es totalmente dañino y que genera tremenda incertidumbre dentro del escenario económico y político del país, que es el efecto Lava Jato.

Respecto a Lava Jato, la pregunta simple es: ¿qué frente político está exento de un posible vínculo a este proceso de corrupción? Si la respuesta es ninguno o casi ninguno, entonces el problema que tenemos evidentemente para los próximos meses va a resentir nuevamente el desempeño de la actividad económica.

Entonces, que va a haber impacto sobre la actividad económica no cabe la menor duda. La pregunta es cuánto. Si este año estábamos pensando que los estimados de crecimiento del PBI están en alrededor de 4%, la verdad es que hoy día podríamos estar enfrentando la posibilidad de observar un crecimiento del PBI a un ritmo o una tasa similar a la del año pasado.

Eso significa que Perú podría estar creciendo entre 2.5% y 3.0% en las actuales circunstancias de volatilidad y ruido político. Estoy asumiendo que el ruido político se mantiene en gran parte del presente año, que hay nuevas noticias respecto a la crisis derivada del Lava Jato y que hay nuevos descubrimientos sobre el tema.

En este contexto, es posible que el Perú nuevamente este año no crezca 4% y repita el crecimiento del año pasado. Si esto es así, lo que le va a restar la volatilidad y el ruido político al dinamismo de la expansión del país este año va a ser equivalente al impacto que el año pasado sufrió la economía por el efecto del fenómeno de El Niño costero y el efecto Lava Jato (en su primera etapa).

De qué va a depender que esto no sea una realidad. De que rápidamente se suscite una luz al final del túnel que nos permita avizorar que la incertidumbre y crisis política empieza a revertirse.