La Junta de Portavoces del Congreso acordó debatir en el Pleno de mañana el dictamen que dispone el retiro, sin restricción alguna, de hasta 4 UIT de los fondos de las AFP. Todo indica que los riesgos que esto implica no han sido suficientemente contemplados por los congresistas. No terminan de entender (o no quieren entender) que un posible séptimo retiro, de justificación caprichosa, solo traerá más daños que beneficios en el largo plazo.
Uno de los argumentos a favor es que con ello se busca ayudar a quiénes se encuentren atravesando dificultades económicas. Sin embargo, esto no es consistente con el hecho de que cualquier afiliado, sin importar si se encuentra trabajando, pueda acceder al retiro de fondos. Así las cosas, es evidente que la aprobación de esta medida tiene un fin eminentemente populista.
Lo único que queda claro sobre esta posible disposición de los fondos son los efectos perniciosos que tendrá una vez que los afiliados lleguen a la edad de jubilación. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), la pensión de quienes retiren fondos de la AFP será la quinta parte de su sueldo, proporción muy por debajo del 50% al que, referencialmente, podrían acceder los afiliados que no hayan efectuado retiros.
Además, se ha calculado que nueve de cada 10 afiliados se quedarían sin un sol en sus cuentas de AFP y tendrían que empezar a construir nuevamente ahorros para su jubilación.
Es cierto que el sistema tiene varios aspectos por mejorar, sin embargo, ha mostrado adecuada rentabilidad. En sus tres décadas de existencia, ha rendido aproximadamente 10% al año. Según Profuturo AFP, desde 1993 a la actualidad, la rentabilidad de los fondos de pensiones es casi tres veces mayor si se compara con el promedio de cualquier modalidad de depósito a plazo.
Por ello, el debate debería estar enfocado en cómo mejorar las falencias, cómo hacer para que más peruanos obtengan mejores pensiones una vez que se jubilen, cómo hacer más inclusivo el sistema, qué medidas tomar para garantizar una pensión mínima, cuál debería ser la participación del Estado y el cofinanciamiento del empleador. Un séptimo retiro de los fondos de las AFP no soluciona ninguno de esos problemas, solo garantiza precariedad futura.
Es altamente probable que este nuevo retiro sea aprobado por el Parlamento pese a toda la evidencia en contra y la oposición de organismos técnicos como el BCR o la SBS. Pero que quede claro que lo único que conseguirán los congresistas con ello es poner en riesgo la vejez de millones de peruanos. Aún están a tiempo de recapacitar.
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