Rafael López Aliaga es alcalde de Lima desde enero del 2023. (Foto: GEC)
Rafael López Aliaga es alcalde de Lima desde enero del 2023. (Foto: GEC)

Editorial. “Es positivo que se avance en mejorar el transporte, pero del combate contra la inseguridad no hay muchas noticias”.

Lima cumple hoy su aniversario número 489 y aún no hay visos de que se convertirá en una “ciudad del primer mundo”, como ofreció en su exitosa campaña para la Municipalidad Metropolitana ). Pero quizás nuestra capital no necesite aspirar a ser la nueva Nueva York, sino que sus autoridades entiendan que sus problemas no se resolverán con anuncios grandilocuentes, sino con trabajo planificado y concertado, con liderazgos serios y aprendiendo de las experiencias de otras metrópolis que han logrado mejoras para sus residentes.

Según la última encuesta Lima Cómo Vamos, el principal problema de Lima Metropolitana –que incluye al Callao– es la inseguridad ciudadana (70.9% de las respuestas, con opción múltiple). Le siguen limpieza pública/acumulación de basura (34.9%), corrupción (33.8%), contaminación (32.8%) y calidad del transporte público (24.7%). Este último ha perdido peso en la percepción de la población capitalina, pero eso no significa que el servicio haya mejorado, sino que ahora hay mayor inquietud por otros asuntos.

En tanto, el alcalde López sigue concentrado en problemas relacionados con la infraestructura de transporte. Su oposición a la construcción de una estación de la Línea 2 del Metro en el centro fue tomada en cuenta, pues llegó a un acuerdo preliminar con el para modificar el proyecto, reducir su periodo de ejecución, y evitar cierres prolongados de vías y caos vehicular (mayor al existente). El otro problema es más espinoso: los peajes de Rutas de Lima, que López considera injustificables, pese a que figuran en el contrato de concesión.

Dicha concesión fue adjudicada el 2013, cuando la mayoría accionaria de la empresa pertenecía a y la MML estaba en manos de Susana Villarán, quien años después reconoció que la constructora brasileña financió, junto a otras, la campaña por el “no” en el proceso de su revocatoria, también el 2013. Odebrecht, como se sabe, fue la protagonista estelar del escándalo “Lava Jato”. El 2016, vendió su participación en Rutas de Lima a la canadiense Brookfield. Justo el lunes, la concesionaria anunció un nuevo aumento del peaje –se da por descontada la reacción de López–.

A fin de financiar más obras viales, la ha emitido bonos por S/ 1,205 millones, a 20 años y una tasa de interés de 10.1%. Es una deuda relativamente cara que podría comprometer el flujo de efectivo del municipio. Es positivo que se avance en mejorar el transporte capitalino, pero del combate contra la inseguridad no hay muchas noticias. Y la desaprobación de López está en 64%.

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