URGENCIA. Los últimos audios difundidos por IDL Reporteros en los cuales se escucha cómo un juez superior, un juez supremo y tres consejeros del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) supuestamente estarían utilizando sus cargos para tráfico de influencias y corrupción, ha puesto nuevamente en el tapete la urgente necesidad que tiene el país de remecer el Poder Judicial y las instituciones vinculadas (Fiscalía y CNM) para tratar de arrancar desde la raíz los graves problemas de corrupción que contaminan dicha institución.

Ninguna reforma resulta tan urgente para el país como la reforma judicial, y sin duda ninguna será difícil de realizar, pues serán las mismas instituciones involucradas las que tendrán en sus manos la labor de investigar y sancionar a los que resulten culpables. Por lo pronto, son el CNM y la Fiscalía de la Nación los encargados de investigar al juez supremo César Hinostroza, mientras que la OCMA deberá hacer lo propio con el juez superior Walter Ríos.

El presidente Martín Vizcarra ha tenido una rápida reacción, repudiando los actos y citando a una reunión de emergencia al Consejo de Estado para pedirle a cada institución que asuma sus responsabilidades. Por ejemplo, le ha pedido al Congreso que aplicando el artículo 157 de la Constitución Política remueva a los miembros del CNM por causa grave. “No se puede reaccionar de manera tibia, lenta y burocrática. La lucha contra la corrupción es hoy, y es a fondo”, ha dicho.

Lo cierto es que la reforma del Poder Judicial es un pedido de todo el país, los ciudadanos están cansados de la falta de predictibilidad, de sentencias que se venden al mejor postor, de juicios que nunca terminan y de tener prisiones que en su mayoría cuentan con internos que no tienen sentencia. Según el ranking de Competitividad del World Economic Forum, el Perú ocupa el lugar 106 de 137 en independencia judicial, un indicador que deja muy mal parado al Perú, además, la corrupción es considerada el mayor problema en el Perú para hacer negocios.

Si el presidente Vizcarra decide enarbolar esta reforma, todo el país lo apoyará, pero para demostrar que esta vez es en serio, necesita dar pasos concretos en su discurso del 28 de julio. Si nuestras instituciones se pierden, como ocurre casi siempre, en comisiones investigadoras que nunca llegan a resultados o en procesos interminables, la burocracia habrá ganado una vez más la batalla. Acción rápida, efectiva y firme es lo que el país necesita, veremos si el Gobierno está a la altura.