Socio Líder de Servicios de Consultoría Financiera y Contabilidad de EY Perú
Entramos a la recta final del 2020, las expectativas oficiales de cerrar el año con una caída de nuestro PBI de 12% y volver a los niveles de actividad pre COVID 19 a mediados del año 2022, tendrán un impacto directo en los estados financieros que reporten las empresas peruanas en el tercer trimestre y en el anual 2020, en especial aquellas con actividades parcialmente reiniciadas o aún paralizadas por la crisis sanitaria.
En este contexto, los Comités de Auditoría tienen que concentrarse en asegurar la calidad de la información financiera que será preparada y reportada en el último tramo del año, en especial al 30 de setiembre y 31 de diciembre de 2020, para estos fines, será necesario revisar los resultados con distintos escenarios, monitorear la gestión de riesgos empresariales y fortalecer los sistemas de control interno considerando los riesgos asociados con el trabajo remoto.
A continuación 10 sugerencias dirigidas a los Comités de Auditoría para el último trimestre del 2020:
· Evaluar si se tiene acceso a fuentes confiables de datos, herramientas y talento para identificar oportunamente los riesgos. Considerar como dichos riesgos y datos externos son incorporados en las decisiones de negocio, planificación de escenarios, pruebas de estrés, y en los modelos financieros prospectivos (por ejemplo, evaluación del riesgo de crédito).
· Anticipar con distintos escenarios y con la información disponible a la fecha de evaluación, las pruebas de deterioro de activos de larga duración (por ejemplo, activos intangibles de vida indefinida incluido el “Goodwill”; inversiones en empresas asociadas y subsidiarias).
· Identificar el impacto del riesgo de crédito en socios comerciales importantes. Para carteras “retail” hacer la evaluación segmentada por sectores económicos o zonas geográficas.
· Medir los efectos contables de las modificaciones materiales de los arrendamientos, aprovechar los caminos simplificados otorgados en contexto de COVID 19.
· Evaluar los cumplimientos de pactos financieros y otros convenios contractuales (“covenants”), ante eventuales incumplimientos tener un mapa de las obligaciones ante este escenario.
· Monitorear el cumplimiento de obligaciones relacionadas con los programas de asistencia y estímulo, tales como Programa Reactiva Perú, subvenciones de planillas, en caso se haya accedido.
· Considerar qué métricas adicionales debe monitorear la Junta y el Comité de Auditoría a la luz del entorno cambiante.
· Inventariar las divulgaciones de estados financieros asociadas con estimaciones y supuestos críticos bajo COVID 19, incluidos los riesgos e incertidumbres que sustentan los temas antes mencionados.
· Determinar la capacidad de la empresa para cumplir oportunamente con los requisitos de presentación y presentación de informes financieros y con otros requisitos legales y reglamentarios (por ejemplo, para las empresas emisoras, evaluar los nuevos requisitos para las divulgaciones de prácticas sostenibles de acuerdo con el nuevo formato SMV Nº 018-2020-SMV/02).
· Discutir de manera proactiva con los auditores externos cómo el entorno actual y COVID-19 pueden afectar los diferentes tipos de informes de auditoría que se emitirán a fin de año.
Comités de Auditoría: monitoreo de las auditorías virtuales
El COVID-19 interrumpió simultáneamente el ciclo contable de empresas y auditores. Los auditores externos se han ido adaptando al nuevo entorno y ajustando su enfoque de auditoría en respuesta a un panorama empresarial drásticamente alterado. Si bien la transición a la auditoría remota y externa ya estaba en marcha para algunas empresas, la pandemia ha acelerado esta tendencia y ha puesto de relieve cómo los auditores están aprovechando la tecnología y los datos para implementar sus estrategias de auditoría.
De cara a la auditoría 2020, será fundamental que los Comités de Auditoría mantengan comunicaciones proactivas y abiertas con los auditores para mantenerse al día con la naturaleza cambiante de las auditorías y supervisar su eficacia y calidad. Las siguientes preguntas pueden ayudar al Comité de Auditoría a comprender mejor los riesgos asociados con el trabajo remoto y las auditorías virtuales:
1. ¿Será necesario tiempo adicional para realizar el trabajo de auditoría de forma remota? ¿Cuáles son los retos y desafíos de esta nueva forma de hacer auditoría?
2. ¿Los nuevos riesgos del control interno contable bajo modalidad remota han sido incorporados en la estrategia de auditoría?
3. Si ya se ha completado una revisión de la información financiera intermedia, ¿hay lecciones aprendidas que se puedan aplicar a la auditoría de fin de año?
4. ¿Ha evaluado el auditor los riesgos potenciales relacionados con ciberseguridad, y cómo planea el auditor responder a esos riesgos?
5. ¿Existe una reevaluación de asuntos críticos de auditoría en relación con el contexto actual?
Finalmente, la anticipación en un contexto de elevada incertidumbre es lo más recomendable, los Comités de Auditoría pueden incluir estos asuntos para el monitoreo y discusiones que mantengan con sus equipos Gerenciales y los Auditores a fin de preservar la calidad de la información financiera.