La Unión Europea (UE) advirtió a los consumidores que dejen de tratar la ropa como pañuelos descartables mientras busca contrarrestar el uso creciente de la “moda rápida”, que provoca contaminación.
Nuevas normas propuestas por el brazo ejecutivo de la UE impondrían el uso mínimo obligatorio de fibras recicladas para el 2030 y prohibirían la destrucción de productos no vendidos. Las normas de la Comisión Europea (CE) tratan de contener la liberación de microplásticos y mejorar las condiciones globales de trabajo en la industria de la indumentaria.
“Queremos que los productos sustentables sean la norma”, dijo el vicepresidente de la comisión, Frans Timmermans. “La ropa que usamos debería durar más de tres lavadas”.
Esto requeriría cambios profundos en una industria que, con tal de mantener bajos los costos y precios, produce artículos de vida corta en países en desarrollo en Asia y Latinoamérica, frecuentemente bajo malas condiciones laborales.
“Todos los textiles deben ser duraderos, reciclables, fabricados con fibras recicladas y libres de sustancias peligrosas. La estrategia también busca promover los sectores de reúso y reparación y evitar el desperdicio de textiles”, dijo Timmermans.
Casi el 75% de la ropa y los textiles usados en la UE son importados. En el 2019, el bloque de 27 países importó ropa por valor de 80,000 millones de euros (US$ 89,200 millones), principalmente de China, Bangladesh y Turquía, según la CE. El consumidor promedio descarta 11 kilos (24 libras) de textiles por año.
Aunque las normas apuntan a la ropa fabricada para consumo masivo, la UE quiere que las marcas de lujo establezcan la pauta de la moda sustentable en un sector en el que lo fugaz y efímero es esencial para las ganancias.
“Hay un cambio cultural en marcha”, señaló Timmermans, y añadió que las grandes casas de la moda “siempre son las primeras en mostrar el camino hacia adelante”.
“Los diseñadores, los artistas, comprenden que el mundo ha cambiado y debemos volver sobre la manera como diseñamos la moda”, acotó.