La inseguridad alimentaria aguda se ha disparado un 40% este año debido a que los recientes aumentos de los precios de los alimentos han exacerbado las presiones existentes por los conflictos, el cambio climático y la pandemia de COVID-19, dijo el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas.
Definida como cualquier falta de alimentos que amenace vidas, medios de vida o ambos, la inseguridad alimentaria aguda está afectando, o tiene un alto riesgo de impactar, a un récord de 270 millones de personas este año, dijo la agencia de la ONU.
“Los altos precios de los alimentos son el nuevo mejor amigo del hambre”, dijo el economista jefe del PMA, Arif Husain. “Ya tenemos conflictos, clima y COVID-19 trabajando juntos. Ahora los precios de los alimentos se han unido al trío letal”.
El PMA dijo que los precios promedio de la harina de trigo en Líbano han aumentado un 219% interanual en medio de una aceleración de las turbulencias económicas, mientras que los precios del aceite de cocina se han disparado un 440% comparado con el año pasado en una Siria devastada por la guerra.
En los mercados con comercialización internacional, los precios mundiales de los alimentos subieron un 33,9% interanual en junio, según el índice de precios de la agencia de alimentos de la ONU, que mide una canasta de cereales, semillas oleaginosas, productos lácteos, carne y azúcar.
Sin embargo, cayeron en junio frente a mayo, la primera disminución de este tipo en 12 meses.
Después de disminuir durante varias décadas, el hambre en el mundo ha ido en aumento desde el 2016.
El PMA, que recibió el Premio Nobel de la Paz el año pasado, dijo que unos 690 millones de personas o el 9% de la población mundial se acuesta con hambre cada noche. Este año tiene como objetivo la asistencia de 139 millones de personas, la operación más grande de su historia.