La Liga Nacional de Fútbol americano (NFL, por sus siglas en inglés) reforzó su respuesta al COVID-19 a mediados de temporada con nuevas pautas para el uso de tapabocas y prácticas después de que los protocolos anteriores no resultaran ser lo suficientemente estrictos.
La liga intensificó las pruebas y las medidas preventivas en octubre después de observar una serie de casos en personas que solo habían tenido una breve exposición a personas con coronavirus, según un estudio publicado en un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
El informe fue escrito por la NFL, junto con asesores y socios de numerosas instituciones, incluidos los CDC.
Los equipos deportivos, junto con empresas, escuelas y restaurantes, luchan por evitar que los empleados que trabajan cerca se enfermen a medida que las nuevas variantes infecciosas se vuelven dominantes. La liga utilizó un enfoque efectivo que podría convertirse en un modelo para otros, según el artículo en el informe semanal de morbilidad y mortalidad de los CDC.
“Aunque los protocolos implementados por la NFL fueron intensivos en recursos”, concluyeron los autores, la estrategia es “aplicable a otros entornos, incluidos lugares de trabajos esenciales, centros de cuidados a largo plazo y escuelas”.
Los equipos pasaban al protocolo intensivo si un jugador o miembro del personal con acceso a las instalaciones desarrollaba COVID, o si el equipo había jugado un partido contra un equipo con un jugador con una prueba positiva. Desde principios de octubre hasta el 1 de noviembre, 29 clubes pasaron 431 días en el protocolo.
Los requisitos del protocolo incluían reuniones virtuales o al aire libre, uso de tapabocas o protectores faciales durante las prácticas y en las salas de pesas, un límite de 10 jugadores y cinco miembros del personal en la sala de pesas y la prohibición de sentarse en las cafeterías.
La NFL, con 32 equipos, realizó 623,000 pruebas de PCR a aproximadamente 11,400 jugadores y miembros del personal desde el 9 de agosto hasta el 21 de noviembre, e identificó 329 casos de COVID-19.
La liga rastreó la duración de los contactos mediante la exigencia del uso de dispositivos de proximidad Kinexon por parte del personal, según el informe, e intensificó sus restricciones de contacto después de identificar contagios que ocurrieron después de interacciones de menos de 15 minutos.
La liga se prepara para el partido del Super Bowl entre los Buccaneers de Tampa Bay y los Chiefs de Kansas City el 7 de febrero.
Seguridad del Super Bowl
Un helicóptero de vuelo bajo medirá la radiación en Tampa antes de la edición 55 del Super Bowl la próxima semana como parte de una operación antiterrorista.
La prueba se está realizando en la ciudad de Florida para medir la radiación de fondo, según la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Energía de Estados Unidos. La agencia utiliza esa información “para reconocer rápidamente niveles inusuales antes, durante o después de un evento”, dijo la NNSA en un comunicado.
Los mapeos, que involucrarán un helicóptero Bell 412 bimotor equipado con tecnología de detección de radiación pasiva, crearán una cuadrícula sobre Tampa y sus alrededores y se realizarán regularmente antes de los principales eventos públicos, incluidas las inauguraciones presidenciales.
El helicóptero, con sede en la Base Conjunta Andrews en Maryland, es operado por el Equipo de Apoyo a Emergencias Nucleares de la NNSA.
El Super Bowl, que tendrá lugar el 7 de febrero, presentará el duelo entre los Kansas City Chiefs y los Tampa Bay Buccaneers.