Shell también está desarrollando la descarbonización de la industria pesada y la movilidad por camión, barco o avión gracias al hidrógeno. (Foto Referencial)
Shell también está desarrollando la descarbonización de la industria pesada y la movilidad por camión, barco o avión gracias al hidrógeno. (Foto Referencial)

Tras 20 años como ingeniera en la industria petrolera y del , la venezolana-holandesa Tatiana Block se hizo consultora en hidrógeno verde en los , decidida a seguir “suministrando energía a la sociedad” pero también a combatir el cambio climático.

La extracción de gas natural y la fabricación industrial de hidrógeno verde son procesos muy diferentes, pero su transporte y distribución tienen muchos puntos en común: “en los dos casos son gases y tuberías y puedo servirme de mis conocimientos”, declaró la consultora en una gran feria del sector, el World Hydrogen Summit, que tuvo lugar en Róterdam (sur de Países Bajos) esta semana.

Para efectuar su transición personal, Block tuvo que regresar a la universidad y sacarse una maestría en energía sostenible, en el 2020.

Su trayectoria individual ilustra la de los gigantes europeos de los hidrocarburos. Siguiendo una tendencia mundial, y junto a mastodontes del gas como el alemán Linde, el francés Air Liquide o el estadounidense Air Products, compañías especializadas en energías renovables y multitud de nuevas empresas; los principales actores del ramo en Europa se están lanzando hacia el sector del hidrógeno.

Shell y BP eran además los principales patrocinadores de la feria de Róterdam, junto con el grupo saudita Aramco.

“Su presencia en estas ferias muestra el hecho de que están comprometidos con la transición, pese a que, en el campo del hidrógeno, nada sea rentable de momento”, indicó un proveedor de equipos que pidió el anonimato.

Algo que se confirma en el puesto de Shell, que va ya por su tercer intento de desarrollar actividades en el ámbito del hidrógeno en 25 años.

El hidrógeno es “la navaja suiza de la transición” por lo variados que son sus usos, explicó Lisa Montanari, de Shell-Países Bajos.

El grupo neerlandés también está activo en la construcción de máquinas destinadas a producir hidrógeno, los electrolizadores. Estos separan el hidrógeno (H) de la molécula del agua (H2O). Se requiere mucha electricidad para hacerlos funcionar y cuando la electricidad proviene de fuentes de energía renovables, el hidrógeno se llama “verde”.

Shell también está desarrollando la descarbonización de la industria pesada y la movilidad por camión, barco o avión gracias al hidrógeno. También está trabajando en la importación-exportación de Hidrógeno.

“Prevemos que habrá una escasez de hidrógeno en Europa del noroeste” por lo que habrá que encontrar puertos para importarlo, afirma.

La guerra, un “acelerador importante”

Los compromisos climáticos de las compañías petroleras adolecen todavía de una falta de credibilidad y suelen apoyarse en tecnologías cuya eficacia no se ha demostrado a gran escala, criticaba un informe reciente de Carbon Tracker.

“Ellas son verdaderamente las que más tienen que hacer”, pues son “las que más necesitan efectuar una transición”, comentó Tom Houghton, director de la consultora londinense E4tech.

La crisis del gas en Europa y, luego, la guerra de Rusia son un “acelerador importante” para salir de determinadas dependencias del gas, apuntó la mayoría de los analistas entrevistados en la feria de Róterdam.

Las compañías petroleras consumen mucho hidrógeno en sus propios procesos, incluso en la refinería, destacó Houghton.

Un argumento que debería llevar a Shell a invertir en la construcción de un electrolizador de 200 MW en el puerto de Róterdam, que, a largo plazo, podría abastecer de hidrógeno a hasta 2,300 camiones cada día, cuando estos existan. El electrolizador funcionará con electricidad proveniente de un parque eólico del mar del Norte que fue inaugurado en el 2020.

Con todo, el sector del gas y del petróleo no deja de ser el cuarto sector en interesarse realmente por el hidrógeno verde, matizó Tarek Helmi, de Deloitte.

Está por detrás de los fabricantes de amoniaco, del sector del metanol y de la siderurgia, para la producción de acero utilizando hidrógeno en lugar de carbón.