Los ministros de la OMC avanzan este lunes en discusiones sobre la posibilidad de liberar las patentes de las vacunas contra el COVID-19 para pasar página de los errores cometidos durante la pandemia.

La nigeriana ha hecho de la lucha contra la pandemia del coronavirus una prioridad desde su llegada al frente de la (OMC) en marzo de 2021.

En la reunión ministerial de la OMC, prevista hasta el 15 de junio en Ginebra, se están debatiendo dos textos: uno de ellos tiene por objetivo facilitar la circulación de los componentes y productos necesarios para luchar contra esta y las futuras pandemias; y el segundo, permitir la liberación temporal de las patentes de las vacunas contra el COVID-19.

Este último tema divide. Por un lado, la industria farmacéutica y Suiza consideran que debilita la propiedad intelectual. Para las oenegés, el texto no es suficientemente ambicioso como para ser eficaz.

El resultado de las discusiones es incierto. Como la OMC funciona por consenso, los 164 países miembros deben estar de acuerdo.

Más de dos años después de la aparición del COVID-19, las tasas de vacunación siguen siendo insuficientes en los países pobres, especialmente en África.

Y aunque las vacunas se producen ahora en cantidades suficientes, en el momento álgido de la pandemia eran muy escasas en los países pobres.

En su discurso, el ministro de Comercio indio, Piyush Goyal, lamentó la “falta de reacción rápida” de la OMC.

¡Los países ricos tienen que hacer una introspección! Debemos agachar la cabeza avergonzados por no haber respondido a tiempo a la pandemia”, dijo.

Pero India suspendió sus exportaciones de vacunas durante muchos meses para satisfacer las necesidades de su población, a pesar de ser el principal proveedor del sistema de reparto internacional Covax.

“Elegimos la muerte”

Según la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, “durante una pandemia, compartir la tecnología es una cuestión de vida o muerte, y nosotros elegimos la muerte”.

El proyecto de acuerdo sobre propiedad intelectual establece que los “países en desarrollo que cumplan los requisitos” podrán producir vacunas “sin el consentimiento del titular de los derechos mediante cualquier instrumento disponible en la legislación” de ese país.

Pero los negociadores dejaron varios corchetes indicando las áreas no resueltas. Por ejemplo, el proyecto de acuerdo propone que los países en desarrollo con capacidad para exportar vacunas sean “alentados” a no hacer uso de la liberación de patentes.

También se prevé que los países en desarrollo cuya cuota de exportaciones mundiales de dosis de vacunas contra el COVID-19 en el 2021 haya sido superior al 10% no puedan recurrir a la liberación de patentes, lo que excluye de facto a China.

China prometió no utilizar las facilidades otorgadas a los países en desarrollo en el proyecto de acuerdo, pero, según varios diplomáticos, Estados Unidos querría que se comprometa por escrito.

El texto prevé la posibilidad de ampliar el acuerdo a las pruebas y a los tratamientos seis meses después de su adopción, pero aún no hay consenso sobre este punto.

El segundo texto pone de relieve las limitaciones que sufren algunos países en el suministro de vacunas, tratamientos, herramientas de diagnóstico y otros productos médicos esenciales relacionados con el COVID.

Exige que cualquier medida comercial de emergencia para combatir el COVID sea “específica, proporcionada, transparente y temporal, y que no cree obstáculos innecesarios al comercio ni interrupciones innecesarias en las cadenas de suministro”.

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