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El Kremlin afirmó que la presión sobre algunos países para que se nieguen a comprar la vacuna rusa contra el COVID-19 Sputnik V está en niveles sin precedentes, pero dijo que tales esfuerzos no tenían posibilidades de éxito.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, hizo las declaraciones cuando se le pidió que comentara un informe del gobierno estadounidense que pareció mostrar que Washington intentó disuadir a Brasil de comprar la Sputnik V.
El informe, publicado en el sitio web del Departamento de Salud y Servicios Humanos del Gobierno estadounidense, detalló la labor de la Oficina de Asuntos Globales de Estados Unidos (OGA, por sus siglas en inglés) en el “combate de las influencias malignas en América”.
El reporte destacó los esfuerzos diplomáticos de la agencia para contrarrestar lo que describió como intentos de países como Rusia de aumentar su influencia en la región, en detrimento de la seguridad de Estados Unidos.
“Los ejemplos incluyen el uso del agregado de Salud de la OGA para persuadir a Brasil para que rechace la vacuna rusa contra el COVID-19”, señaló el reporte gubernamental.
Peskov declinó comentar de forma específica el reporte, pero sostuvo que Rusia está en contra de politizar la situación en torno a las vacunas.
“En muchos países la escala de presión no tiene precedentes tales intentos egoístas para obligar a que los países abandonen algunas vacunas carece de perspectiva”, afirmó. “Creemos que debería haber el mayor número posibles de dosis de vacunas para que todos los países, incluidos los más pobres, tengan la oportunidad de detener la pandemia”.
La Embajada de Estados Unidos en Moscú desvió una solicitud de comentario al Departamento de Estado, que no respondió de forma inmediata.