Un estudio presentado este viernes muestra que la violencia en Nicaragua es “sostenida y creciente” y ha dejado al menos 190 personas muertas entre enero y junio pasado, un 25,8% más que el total de asesinados el año pasado.
El estudio titulado “Una espiral de violencia sostenida” abarcó los sucesos violentos que terminaron en la muerte de 190 personas entre enero y junio pasado, con base en el análisis de las noticias policiales reportadas por los medios de comunicación, e incluyó un análisis del contexto nicaragüense, elaborado por la investigadora Elvira Cuadra, socióloga nicaragüense y experta en asuntos de defensa y seguridad.
La autora de ese informe, exiliada en Costa Rica, fue directora de la ONG Instituto de Estudios Estratégicos de Políticas Publicas, que fue ilegalizada por el Gobierno de Ortega; además, fue investigadora asociada del Centro de Investigación de la Comunicación (CINCO), que estuvo dirigido por el periodista Carlos Fernando Chamorro; y actualmente, colabora con la Fundación Arias costarricense.
“Los asesinatos en Nicaragua, o la violencia letal en general, muestran una violencia sostenida y creciente en el tiempo. Ese es el hallazgo principal y general”, dijo Cuadra durante la presentación del informe, en teleconferencia.
Las 190 muertes a causa de la violencia letal que registró el informe en los primeros seis meses de 2021, superan el total de los 152 asesinatos reportados por la Policía Nacional en 2019 y los 151 de 2020.
De acuerdo con las cifras oficiales, en 2019 las muertas violentas (asesinatos, homicidios, parricidios y feminicidios) fueron 515 y en el 2020 totalizaron 505.
“Según datos de la Policía Nacional, el índice de homicidios por cada 100,000 habitantes está desde 2019 en ocho, aunque es evidente aun para ellos mismos que esto se incrementó”, señaló Cuadra.
Crímenes en grupo y con “saña”
Sobre las 190 víctimas asesinadas en el primer semestre de este año, la investigadora indicó que el 58.8% murió en el área rural y el 41.2% en la urbana, y que un 53% del total tenían entre 20 y 40 años.
También que 163 eran hombres, 26 mujeres y uno miembro de la diversidad sexual; y seis pertenecían a partidos políticos o a movimientos sociales.
La investigadora resaltó que se encontró poca información sobre la identidad de los agresores, pero que “el 18% de los asesinatos fueron cometidos por grupos” de entre dos y diez personas.
“Las personas que fueron asesinadas con armas de fuego en un número importante recibieron múltiples disparos (37%), y las que fueron asesinadas con armas blancas múltiples heridas (46%), eso indica saña y un nivel alto de violencia”, explicó Cuadra, quien indicó que en dos casos se mencionó a “policías” como supuestos “perpetradores”.
El estudio señaló que, contrario a 2020, los asesinatos estaban ocurriendo menos en horas de la noche y madrugada, y más en horarios vespertinos.
Cuadra contextualizó la violencia en que actualmente en Nicaragua “hay un contexto favorable para esta violencia, que está caracterizado particularmente en 2021, que es un año electoral, y hay que recordar que los años electorales son años en Nicaragua en que usualmente la violencia política”.
Nueva fase de “violencia y represión”
Las elecciones generales de Nicaragua están programadas para el 7 de noviembre próximo, y en las mismas el presidente Daniel Ortega busca una nueva reelección.
La investigadora afirmó que actualmente Nicaragua atraviesa la fase número 14 de “una escala de violencia y de represión gubernamental”, que inició en mayo pasado con el arresto y apertura de juicios contra aspirantes presidenciales de la oposición, líderes disidentes y profesionales independientes, así como citas del Ministerio Público a decenas de periodistas, médicos, defensores de derechos humanos y “excarcelados políticos”.
Cuadra dijo que la pandemia del Covid-19 también ha sido usada como una forma de “castigo” por Ortega.
“En el caso de pandemia, es una política amplia y generalizada de castigo y de violencia hacia la población, con el manejo de la información, prevención y vacunas”, anotó.
En la víspera, el jefe de la Policía de Nicaragua y consuegro de Ortega, Francisco Díaz, afirmó que los niveles de violencia son los más bajos de la región.