El Centro Democrático, el partido de gobierno de Colombia, eligió a Óscar Iván Zuluaga, aliado estrecho del expresidente Álvaro Uribe como su carta para las elecciones de mayo del 2022, en las que la izquierda asoma como favorita.
El empresario de 62 años, exministro de Hacienda de Uribe (2002-2010), perdió las presidenciales del 2014 en el balotaje, pese a imponerse en la primera vuelta ante el entonces mandatario Juan Manuel Santos (2010-2018).
Considerado uno de los leales del expresidente pero sin mayor carisma, Zuluaga se comprometió a trabajar “por el empleo, la seguridad, la educación, la salud y la igualdad”.
El candidato aspira a retener el poder para la derecha conservadora opuesta al acuerdo de paz con la exguerrilla FARC, tras el mandato de cuatro años de Iván Duque, quien por ley no podrá postularse a la reelección.
El también exsenador tiene el reto doble de enderezar las encuestas cuando el gobierno toca máximos históricos de desaprobación (75%) y atajar el favoritismo del izquierdista Gustavo Petro, jefe de la oposición y exguerrillero de un grupo desmovilizado en los años noventa.
Zuluaga inició su discurso de proclamación dando gracias “a Dios y a la santísima Virgen” tras ser presentado como el ganador en las encuestas internas del partido sobre otros cuatro aspirantes, entre ellos la senadora María Fernanda Cabal.
Admiradora pública de Jair Bolsonaro y Donald Trump, locuaz y promotora del “derecho” de los civiles a portar armas para defenderse, Cabal es reconocida sobre todo por su radical crítica al pacto de paz que esta semana completa cinco años.
Sin soltar la bandera del Centro Democrático contra los acuerdos, Zuluaga aseguró entretanto que construirá “consensos” en una sociedad todavía polarizada por la paz con los antiguos rebeldes marxistas.
El partido en el poder lideró en un plebiscito la campaña por el “No” a los acuerdos, lo que obligó a hacer ajustes al texto final que dio paso al desarme de la que fuera la guerrilla más poderosa del continente.
Como presidente, Duque intentó en vano modificar lo pactado en Cuba.
Uribe es uno de los políticos más influyentes de este siglo y graneó buena parte de su aceptación con una política de mano dura contra las guerrillas de izquierda, en el marco de un conflicto armado de más de medio siglo que aún perdura por cuenta del combustible del narcotráfico.
“Izquierda populista”
En un país históricamente gobernado por la derecha, Zuluaga liderará la campaña para impedir la llegada al poder de Petro, el mayor adversario del Centro Democrático, en su tercer intento.
“Vemos una coalición de la izquierda populista con un discurso contra la libertad, contra el libre mercado y contra la fuerza pública, que busca imponer un modelo que ya fracasó en Cuba, Venezuela, Argentina y Nicaragua y que ya está fracasando en Perú”, dijo Zuluaga este lunes.
El calendario electoral comenzará con las legislativas el 13 de marzo del 2022, seguida de una primera vuelta presidencial el 29 de mayo y, de ser necesario, una segunda vuelta el 19 de julio.
El fin del enfrentamiento con los rebeldes marxistas puso sobre el tapete preocupaciones como la corrupción, la desaceleración económica, el servicio de salud y el repunte del narco que castiga las regiones más apartadas.
Cientos de miles han protestado contra Duque a lo largo de su gobierno para exigirle un cambio de rumbo.
Zuluaga estuvo enlodado por un caso de espionaje para perjudicar los diálogos de paz que se desarrollaban desde el 2012 en Cuba y por una presunta financiación ilegal a su campaña presidencial en el 2014 por parte de la constructora brasileña Odebrecht.
El ahora candidato salió absuelto de ambas investigaciones y asegura que le “robaron” las elecciones del 2014 a través de un “montaje” orquestado por Santos.
Hacia el final del discurso de proclamación, Zuluaga agradeció a Uribe y lamentó la investigación penal que se le sigue por presunta manipulación de testigos contra un senador de oposición.
“Me duele que en nuestro país un expresidente que nos devolvió la esperanza se vea sometido a la arbitrariedad judicial”, aseguró entre aplausos.
Y al mismo tiempo lamentó que los exguerrilleros que combatió Uribe tengan una mínima representación en el Congreso, a pesar de haber cometido delitos de “lesa humanidad”.