(Foto: Reuters)
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A mediados de agosto, a los productores argentinos, en masa, se les agotó la paciencia. Querían el efectivo que se les debía y lo querían rápido. Días antes, el político de izquierda Alberto Fernández había logrado una rotunda victoria primaria que dejaba en claro que ganaría las elecciones presidenciales de octubre, y las especulaciones comenzaban a agitarse respecto a si impondría nuevas retenciones.