(Foto: Difusión)
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Creado en 1971 tras formar parte del protectorado británico, se ha convertido en apenas medio siglo en uno de los estados más conocidos e influyentes del mundo gracias a su riqueza energética pero también una exitosa estrategia de marketing que tiene como una de sus puntas de lanza la llamada “diplomacia del fútbol”.

Un plan a largo plazo diseñado con ambición y determinación, a base de millones de "gasodólares", que incluye desde la adquisición de grandes clubes internacionales, a la organización de un mundial en fechas inéditas, el reclutamiento de antiguas estrellas y la fundación de academias como "Aspire", vinculada a equipos españoles como la Cultural Leonesa.

Y que tiene en el patrocinio a través de aerolínea oficial de bandera un poderoso instrumento de influencia que ha penetrado los cinco continentes.

Casi ausente en África, este lunes anunció un acuerdo con el "Club African", segundo equipo en importancia de Túnez, por valor de más de nueve millones de euros que no solo salvará de la ruina y la desaparición a una entidad deportiva centenaria ahogada por las deudas y la corrupción de sus dirigentes.

Grandes clubes en los cinco continentes

El "Club African", sumido igualmente en una grave crisis deportiva, se suma a una lista catarí en la que brillan entidades como el PSG en Francia, la Roma en Italia, el Bayern de Munich en Alemania, el Boca Juniors en Argentina, que tienen acuerdos similares o para lucir la publicidad en sus camisetas o ser su compañía aérea oficial.

Y en la que ya estuvo en el pasado el FC Barcelona, que decidió en el 2017 cesar su negocio con Catar a causa, en gran parte, de la polémica por el fichaje de Neymar por el PSG, club que preside el extenista catari Nasser Al Khelaïfi.

Además de consejero y amigo personal del emir de Catar, Tamim Ben Hamad al Zani, el exjugador ATP es dueño de la cadena por satélite BeinSport, propietaria de los derechos de televisión de la mayoría de las grandes ligas mundiales y de las competiciones de la UEFA y de la FIFA.

"Un ejemplo importante a considerar es Arsenal y Emirates. En poco más de diez años, el valor de ese acuerdo casi se ha triplicado y se ha convertido en uno de los más grandes de Europa. Se puede esperar que la cantidad de acuerdos de patrocinio de aerolíneas aumente", "advierte en un informe el prestigioso Sports Business Institute.

"Qatar Airways" fue la compañía aérea oficial de la FIFA en Rusia 2018, lo será de la copa internacional de naciones que se diputará en el 2021 y lo será, por supuesto de la del Mundial que inaugura la presente década.

También tiene acuerdos similares con la Conmebol y con la débil liga de Filipinas, de las que es compañía aérea oficial.

Competencia con Emiratos y Arabia Saudita

El único de los grandes campeonatos donde la estrategia catarí ha fracasado es la Premier League, territorio dominado por su rival político Emiratos Árabes Unidos y sus aerolíneas de bandera, Etihad y Emirates Airways.

Los primeros, con sede en Abu Dhabi, no solo patrocinan las camisetas de equipos como el Manchester City o el Melbourne City, también han logrado dar su nombre a los estadios.

Emirates, por su parte, tiene en cartera a algunos de los grandes clubes europeos de la actualidad: AC Milan, Arsenal, Real Madrid, o el Olympique de Lyon, que ha sumado este año a su lista para tratar de reducir la influencia de Catar en Francia.

El pulso entre las tres aerolíneas forma parte de un combate con otras que juegan en el mismo nicho de negocio, como Turkish Airlines, pero también en el conflicto político que el gobierno de Doha mantiene con Arabia Saudí y EAU.

La monarquía saudí dominó a todos sus vecinos del golfo hasta que en el inicio de siglo Catar comenzó a tratar de trazar su propio camino asido a la influencia de su canal de noticias Al Jazeera y al descubrimiento de la bolsa de gas en las aguas del Pérsico compartidas con Irán, la más grande del mundo.

Un enfrentamiento por la influencia en la región que han llevado al campo de batalla pero también a la nueva guerra del fútbol: durante el mundial de Rusia, Arabia Saudí censuró la señal de BeinSport.

Los saudíes compraron entonces miles de receptores piratas para acceder a lo que de verdad les importaba: el fútbol.