La industria farmacéutica llamó a las instituciones internacionales a prepararse mejor para las próximas pandemias, insistiendo en la necesidad de establecer un sistema de acceso más equitativo a las vacunas y a los tratamientos.
La pandemia de COVID-19 provocó grandes disparidades en los niveles de vacunación entre los países occidentales --vacunados rápidamente-- y los países pobres, mucho menos favorecidos.
“Incluso ahora, cuando hay abundancia de vacunas disponibles, muchos países tienen una tasa de vacunación de solo 10% de su población”, señala Thomas Cueni, jefe de la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma), que pone en marcha esta iniciativa.
Frente a esta situación, Ifpma pide al “G7, G20 y a todas las partes interesadas de la comunidad mundial que desempeñen su papel para garantizar que los habitantes de todos los países tengan un acceso más equitativo a las futuras vacunas, tratamientos y diagnósticos contra las pandemias, cualquiera que sea su lugar de residencia”, en un comunicado de prensa.
“La industria no puede actuar sola, requiere un contrato social. Es necesario que los países ricos estén dispuestos a afirmar que no pueden abastecerse ellos mismos, exclusivamente”, añade Cueni.
Por consiguiente, la federación propone reservar una parte de la producción de medicamentos y vacunas en tiempo real para su distribución a las poblaciones prioritarias de los países de bajos ingresos.
Además, la organización pide a los gobiernos que se comprometan “a no restringir el comercio y a no prohibir las exportaciones de un extremo a otro de la cadena de suministro”.
Los industriales de Ifpma también piden que las autoridades establezcan una red de centros clínicos en todo el mundo, específicamente identificados para apoyar el rápido desarrollo de nuevos tratamientos y vacunas.
Por último, los derechos de propiedad intelectual deben ser respetados, aboga Ifpma.
Después de casi dos años de negociaciones, en junio se permitió el levantamiento temporal de las patentes que protegen las vacunas contra el COVID-19 en la Organización Mundial del Comercio (OMC), un acto simbólico muy criticado por la federación.