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Para entender una ciudad, toca empezar por los cimientos. Los planos de viviendas de todo el mundo explican cómo la forma en que vivimos ha dado forma al diseño y la arquitectura de los vecindarios urbanos, y viceversa.
En Ámsterdam, por ejemplo, una peculiaridad latente de la vivienda local —sus escaleras extremadamente empinadas— refleja la larga historia de la ciudad como puerto comercial, en la que sus antiguas casas del canal necesitaban maximizar el espacio de piso, no solo para vivir, sino también para almacenar bienes.
En Singapur, los monumentos más claros del espíritu paternalista del Gobierno son los hogares de la gente: unidades espaciosas en proyectos de vivienda construidos públicamente que están habitados por todos menos los muy ricos de Singapur.
El ejemplo de Londres, por su parte, muestra que las expectativas locales de cómo se debe organizar una casa pueden estar tan arraigadas que sobreviven a cambios dramáticos en el estilo arquitectónico.
Encontrará muchos dúplex con dos salas de estar abajo y dos habitaciones arriba, tanto en viviendas adosadas victorianas como en torres modernistas construidas por el Estado.
Cifras curiosas
400,000 millones de dólares de Singapur: El valor de reventa estimado para el 2016 de los apartamentos construidos públicamente en Singapur
43: El porcentaje de londinenses que actualmente viven en apartamentos
8: El número mínimo de metros cuadrados requeridos en una ley de 1904 para una “habitación de servicio” parisina.
¿Por qué es importante?
Las historias detrás de las fachadas y los planos de viviendas a menudo revelan la historia de una ciudad en su conjunto. También exponen algo con lo que es muy fácil perder contacto cuando se lee sobre ciudades lejanas: el sentido de pertenencia.
Si queremos explorar cómo la arquitectura, la planificación y el diseño han influido en la forma en que vivimos, y cómo estas disciplinas han sido moldeadas por las personas, podemos aprender mucho observando de cerca las unidades residenciales de las ciudades.
En la mayoría de los lugares, planos particulares se repiten una y otra vez, lo que ayuda a dar a una ciudad su carácter y a crear un concepto distintivo local de cómo debe ser un hogar.