Price es el fundador y director ejecutivo de Gravity Payments, una compañía que procesa pagos con tarjetas de crédito. Se hizo conocido internacionalmente cuando en el 2015 anunció que había decidido bajarse el salario en US$ 1 millón y subirles el sueldo a todos sus empleados. (Foto: BBC Mundo)
Price es el fundador y director ejecutivo de Gravity Payments, una compañía que procesa pagos con tarjetas de crédito. Se hizo conocido internacionalmente cuando en el 2015 anunció que había decidido bajarse el salario en US$ 1 millón y subirles el sueldo a todos sus empleados. (Foto: BBC Mundo)

Dan Price, fundador y director ejecutivo de Gravity Payments, está cansado de los multimillonarios que hacen obras de caridad y entregan donaciones a los más desposeídos.

Le molesta porque cree que es una buena excusa para no hacer lo que realmente “deberían hacer”: pagar más impuestos y mejores sueldos, señala un artículo publicado por BBC Mundo.

Price es el fundador y director ejecutivo de Gravity Payments, una compañía que procesa pagos con tarjetas de crédito. Se hizo conocido internacionalmente cuando en el 2015 anunció que había decidido bajarse el salario en US$ 1 millón y subirles el sueldo a todos sus empleados.

Fue así como estableció un sueldo mínimo de US$ 70,000 al año para los 120 empleados de su empresa.

Y lo hizo por considerar que se trataba de un imperativo moral” para reducir las diferencias salariales entre los jefes de una empresa y sus empleados.

Seis años después, Price cree que valió la pena.

Ahora está embarcado en lograr que se apruebe un impuesto a la riqueza por primera vez en la historia de Estados Unidos.

Su objetivo es lograr que la medida se implemente en el estado de Washington, aunque también está promoviendo la idea a nivel nacional.

Una de las principales críticas que escucho de la gente es que los multimillonarios no necesitan pagar más impuestos porque hacen donaciones”, le dice Price a BBC Mundo.

Y como cada vez que hacen una donación reciben una gran cobertura de prensa, agrega, eso ayuda a la construcción de una imagen pública que les favorece.

En realidad, la cantidad que donan es una fracción de lo que pagarían si sus tasas impositivas estuvieran en línea con las de la clase trabajadora”, explica Price.

Los multimillonarios pagan la tasa impositiva más baja de cualquier grupo de ingresos a nivel nacional”.

Por ejemplo, en el estado de Washington, “los más ricos pagan el 3% de sus ingresos en impuestos, mientras que los pobres pagan el 18%”, apunta el empresario.

Aunque reconoce que los multimillonarios hacen obras de caridad por distintas razones, asegura que al final de cuentas las donaciones les benefician, dado que les permiten evitar hacer una contribución mucho mayor para resolver problemas sistémicos.

Los multimillonarios utilizan la estafa de la filantropía para evitar que se produzca un cambio sistémico”, argumenta Price.

“Por eso digo que la filantropía multimillonaria es una estafa de relaciones públicas”.

“Millonarios patriotas”

Como él, hay otros grupos de empresarios e inversores de Wall Street que abogan por un alza de impuestos para los más ricos de Estados Unidos.

La más conocida es la organización “Millonarios Patriotas”, que propone gravar la riqueza a partir de los US$1.000 millones.

Estamos hablando de los más ricos, de unos pocos cientos de personas”, explicó el presidente del grupo, Morris Pearl, en diálogo con BBC Mundo a comienzos de febrero.

Pearl es un exdirectivo de BlackRock (una de las mayores firmas de inversión del mundo) que ahora vive de la rentabilidad que le generan sus inversiones, tras una exitosa carrera en Wall Street.

Durante la pandemia su propia fortuna ha crecido aún más gracias a que los mercados bursátiles están en máximos históricos.

Creo que tenemos que cambiar de dirección y que los más ricos paguen más impuestos que el ciudadano común que trabaja para poder vivir”, sostiene Pearl.

Desincentivo a la inversión

Pero quienes se oponen a este tipo de propuestas argumentan que subir los impuestos es un desincentivo a la inversión.

Por lo tanto, un aumento tributario haría que muchos empresarios e inversores trasladen su dinero a otros países para conseguir una mayor rentabilidad.

De hecho, en diciembre del 2017 el gobierno de Donald Trump logró que se aprobara el mayor recorte de impuestos en más de tres décadas.