Antes de que Estados Unidos pusiera los ojos sobre Alex Saab, el presunto testaferro de Nicolás Maduro detenido en Miami, en Colombia un oficial de policía le siguió obsesivamente los pasos hasta llegar a un entramado internacional de blanqueo de capitales.
En el 2011 el hoy general en retiro Juan Carlos Buitrago, exdirector de la Policía Fiscal y Aduanera, recibió la misión de rastrear a un desconocido empresario colombiano de origen libanés en bancarrota, implicado en aparentes exportaciones ficticias a Australia.
Saab llamó la atención por sus conexiones de altísimo nivel con el gobierno chavista y más adelante, en plena debacle de la economía venezolana, por sus compras en el exterior destinadas al programa de distribución de alimentos subsidiados conocido como CLAP.
Buitrago fue uno de los primeros que perfiló al colombiano como “uno de los más importantes testaferros de Maduro”.
“Se formó una fuerza de tarea de investigación con las agencias federales de los Estados Unidos y eso permitió que avanzáramos en todo el análisis financiero y en el fortalecimiento de los indictment (acusaciones) contra él y contra otras personas de los Estados Unidos”, recuerda en entrevista con la AFP.
Saab, de 49 años, logró huir del cerco de la policía colombiana. Pero en junio del 2020 fue arrestado durante una escala en Cabo Verde por requerimiento de la justicia estadounidense, que le formuló cargos por lavado de dinero. Ya extraditado, se declaró inocente y espera su juicio en Miami para los primeros días del 2022.
Maduro intentó impedir sin éxito la entrega de Saab a Estados Unidos, incluso le concedió la nacionalidad venezolana y un título de embajador.
En los apartes de la siguiente entrevista, Buitrago describe la figura de Saab.
¿Por qué es tan importante Alex Saab para el gobierno de Nicolás Maduro?
Él fue, junto con Álvaro Pulido (prófugo), uno los testaferros que utilizó el régimen de Maduro para monetizar el dinero que necesitaba para sobrevivir, resultado de las transacciones de oro, combustible y de cajas CLAP.
Eso hizo que Alex Saab creara muchas empresas, más de 46 empresas que involucraban muchas personas en la región. Saab cumplía ya de manera directa funciones comerciales con los países amigos de Venezuela: con Turquía, China, Rusia, Irán... en el Líbano inclusive. Pero en el resto de países que no son amigos del régimen utilizaba empresas fachada y terceras personas.
Él recibía oro y realizaba las transacciones de oro para monetizar el dinero y regresarlo al régimen, y también usufructuaba negocios de combustible. Y a través de otros negocios, entre ellos las cajas CLAP, era el encargado de conseguir en diferentes países del mundo - tanto en Asia, Centroamérica, Suramérica y en Colombia - todos los insumos y el abastecimiento para armar las cajas CLAP para entregarlas al gobierno de Maduro. Eso se hacía con productos de muy mala calidad y además a un sobrecosto que le permitía tener importantes ganancias, pero además, generarles ganancias a los otros funcionarios del régimen.
¿Cómo hizo para sacar el dinero de Venezuela?
Todos los activos del pueblo venezolano, los recursos minerales como el oro, el petróleo especialmente, le permitían transar todos esos bienes en el exterior: abrir cuentas en paraísos fiscales, incluyendo Suiza, y asegurar dinero para el régimen, pero también para él. Ese era el círculo financiero ilícito que le permitía lucrarse, pero también tener dinero y activos al servicio del régimen. Se estiman operaciones de entre US$ 350 millones y US$ 500 millones por año.
¿Cuál es la conexión con Colombia?
En Colombia se llegó a un nivel de investigación financiera sobre los operadores, los testaferros, las empresas de fachada. Fueron cerca de 46 empresas con más de ochenta personas involucradas, pero no se alcanzó a identificar las cabezas.
Hay involucrados de todos los matices: abogados aquí y en otros países que actuaban también como testaferros y que le ayudaron a lavar dinero, a limpiar su capital y a realizar transacciones, empresarios, dirigentes políticos que le facilitaron gestiones y también recibieron dinero a cambio. Y todos los operadores que crearon empresas fachada detrás de las cuales estaban Alex Saab y Álvaro Pulido. Negocios criminales alrededor de unos intereses para lavar dinero, para lucrarse y para permitir la sobrevivencia del régimen.