Los ministros de FinanzaS y gobernadores de bancos centrales del G20 se comprometieron este viernes en Yakarta a destinar US$ 60,000 millones (unos 52,800 millones de euros) para apoyar a los países más necesitados en la recuperación posCOVID.
En un comunicado conjunto tras dos días de reunión, los ministros y gobernadores declararon que tratarán de aumentar el compromiso hasta los US$ 100,000 millones (unos 888,300 millones de euros) para acelerar la salida de la crisis por la pandemia.
“Continuaremos apoyando a los países vulnerables afectados por la pandemia del COVID-19 para asegurar que todos nos recuperamos juntos”, afirmaron en el documento consensuado.
No obstante, los socios reconocieron que la recuperación de la pandemia está siendo desigual debido al acceso desequilibrado a las vacunas contra el COVID-19, al tiempo que alertaron de riesgos como la inflación y la interrupción de la cadena de suministros.
El comunicado, que se retrasó varias horas debido a la falta de consenso inicial, también hizo mención a los trabajos para mejorar la eficacia y transparencia del sistema financiero internacional, así como la necesidad de luchar contra el cambio climático, aunque no hizo mención a la inestabilidad por la crisis en torno a Ucrania.
Horas antes, la ministra de Finanzas indonesia, Sri Mulyani, señaló en una conferencia que están negociando “acuerdos multilaterales” para apoyar sobre todo a los países en desarrollo para luchar contra la malversación y la evasión de impuestos con medidas a aplicar a partir del 2023.
“Muchos países necesitan asistencia técnica, empezando por sus legislaciones”, afirmó la ministra, cuyo país preside este año el G20, que incluye a las 20 mayores economías del mundo, entre ellas Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Japón, el Reino Unido, la India, Brasil y Argentina.
La víspera, el presidente indonesio, Joko Widodo, puso énfasis en la colaboración entre “regiones” para asegurar el crecimiento económico global y advirtió de que, en tiempos así, “no es momento para rivalidades ni para crear nuevas tensiones que alteren la recuperación y la seguridad mundial, como lo que está ocurriendo en Ucrania”.
El encuentro, que combinó las reuniones físicas con las telemáticas, se centró en las estrategias para la recuperación económica, en pleno ajuste de las políticas monetarias por parte de muchos países, los sistemas de pagos digitales, las finanzas sostenibles, la inclusión financiera y la fiscalidad internacional.
La cita tiene lugar mientras Indonesia, el país más afectado por el COVID-19 en el Sudeste Asiático, sufre esta semana cifras récord de contagios diarios, por encima de 57,000, el mayor recuento en un día desde que comenzó la pandemia.
La situación actual, debida en parte al impacto de la variante ómicron, hizo que Indonesia decidiera celebrar las reuniones en Yakarta y no en Bali, como estaba previsto, pues los índices de vacunación en la capital son superiores.
Además de los líderes de finanzas de los países del G20, la reunión ha contado con representantes de naciones y organismos invitados, como el Banco Mundial o la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluido su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus.