Detrás de esa tranquilidad escalofriante, hay una tensa división sobre lo que debe ser el futuro y supervivencia de la capital del juego. (Foto; AFP)
Detrás de esa tranquilidad escalofriante, hay una tensa división sobre lo que debe ser el futuro y supervivencia de la capital del juego. (Foto; AFP)

Un puñado de turistas se toma fotos en el letrero que da la bienvenida a "la fabulosa Las Vegas", desolada desde que los hoteles y casinos cerraron sus puertas a mediados de marzo por el coronavirus.

Pero detrás de esa , hay una tensa división sobre lo que debe ser el futuro y supervivencia de la capital del juego, justo cuando el gobernador de Nevada, Steve Sisolak, decidió alargar la orden de confinamiento hasta el 15 de mayo.

La gran pregunta mientras tanto es qué hacer para reabrir con seguridad estos gigantescos casinos en los que antes de que golpeara la pandemia, los jugadores estaban hombro a hombro en las mesas de cartas, ruleta y dados, y alineados frente a las máquinas tragamonedas.

Entre las opciones, se baraja poner láminas de plexiglás para separar a los jugadores y al crupier, y tomar la temperatura de los clientes en los ingresos.

El sindicato Culinary, que representa a 60,000 trabajadores de casinos y hoteles en , considera que este tipo de medidas para garantizar el distanciamiento deben ser aplicadas desde los restaurantes hasta los ascensores, y que el personal debe contar con equipos de protección como máscaras y guantes.

"Se necesitará una limpieza y desinfección extra", dijo la secretaria y tesorera del sindicato, Geoconda Arguella-Kline.

Aunque 98% de los integrantes del Culinary perdieron sus trabajos, apoyan la extensión del confinamiento: 12 de sus agremiados murieron por el Covid-19.

En Nevada, el total de fallecimientos es de 243, menos que los 289 registrados entre jueves y viernes en el golpeado estado de Nueva York.

"Sé que es duro para la gente", dijo Arguella-Kline sobre la medida. "Pero si pierdes la vida, perdiste lo más importante".

No todos están de acuerdo. La alcaldesa Carolyn Goodman califica el cierre como una “locura” y ha pedido que la ciudad sea reabierta. “Las Vegas está en una crisis económica única”, insistió la semana pasada.

“Ya es suficiente”

Jim Marsh, propietario de negocios en el lugar, sostiene que más allá de cuándo puedan abrir los casinos, aplicar medidas de distanciamiento podría ser demasiado costoso.

"Si aumenta demasiado los gastos, podríamos permanecer cerrados", explicó. "No puedes tener gente sentada a un metro de distancia en un bar y hacer dinero".

"Tengo entretenimiento en vivo siete noches a la semana, pero los miembros de la banda están cerca los unos de los otros, y el escenario está muy cerca del bar", añadió. "Tendría que deshacerme de eso".

Tim Brooks, dueño del casino Emerald Island en la vecina Henderson, descartó cualquier plan que pueda resultar invasivo para sus clientes.

"No quiero tomar la temperatura de todos los que entran por las puertas, no tenemos el entrenamiento médico", señaló. "Cuando haga 40, 41 grados afuera en el verano, ¿cómo determinas quién realmente tiene fiebre?".

David Schwartz, historiador del juego en Las Vegas, indicó que nadie sabe realmente cómo será la reapertura de la ciudad, con sus clubes nocturnos, piscinas repletas y bufetes.

"No importa cuándo abran, la pregunta es ¿cuántos visitantes volverán?", destacó, haciendo referencia por ejemplo a las restricciones de viajes internacionales. "Habrá que adaptarse, pero no sé a qué".

Brooks está decepcionado por la extensión del confinamiento ordenada por Sisolak. Ya había enviado a 131 de sus 166 empleados de licencia y cree que la medida lo obligará a deshacerse de más trabajadores. "Hay un número limitado de verjas que pulir".

Hasta ahora, más de 350,000 personas han solicitado el seguro de desempleo en Nevada.

Bob Aquino, de 66 años y gerente de un restaurante en el casino de Brooks, tuvo la suerte de conseguirlo. Su esposa fue despedida de la cámara de comercio local, perdiendo su seguro médico, y es poco probable que vuelva a ser contratada.

“Sin esto, estaría en una esquina con un cartel que diga ‘Trabajaré por comida’”, expresó. “Le diría al gobernador: ‘Abra Nevada, volvamos al trabajo. Ya es suficiente’”.