España e Italia son los dos países europeos más afectados por el coronavirus. (Foto: EFE)
España e Italia son los dos países europeos más afectados por el coronavirus. (Foto: EFE)

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) indicó que los esfuerzos por frenar los contagios por coronavirus han reducido la actividad económica y, con ello, conducido a mejoras localizadas en la calidad del aire en diferentes partes del mundo. Sin embargo, se trata de un alivio temporal, mientras las emisiones contaminantes pueden seguir impactando en el medioambiente durante siglos.

China

En China, la parálisis parcial de la actividad económica generó una reducción de alrededor de 25% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) durante cuatro semanas, según un análisis realizado para la organización Carbon Brief.

De acuerdo con cifras del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), durante tres semanas de febrero, China emitió 150 millones de toneladas métricas (mtm) de CO2 menos que durante el mismo período del año anterior, una cantidad que equivale a todo el CO2 que emite Nueva York durante un año, según la BBC.

El CO2 es el principal gas de efecto invernadero responsable del calentamiento global y de la acidificación del océano. Estas emisiones representan el dióxido de carbono que pasa a la atmósfera y permanece en ella y en los océanos durante siglos.

Italia

En este país europeo también se evidenció una disminución de la contaminación atmosférica desde que se decretó, el último 8 de marzo, el aislamiento de 16 millones de personas. Principalmente, se han registrado reducciones de las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2).

De acuerdo con observaciones de superficie del Servicio de Monitoreo Atmosférico Copérnico de la Unión Europea, en Italia se aprecia una tendencia gradual de reducción de alrededor del 10% por semana de NO2 durante las últimas cuatro o cinco semanas.

El NO2 es un contaminante gaseoso del aire que se forma como resultado de la quema de combustibles fósiles a altas temperaturas. Resulta perjudicial para la salud y contribuye a la formación de ozono gas de efecto invernadero (O3) en la troposfera, que también produce efectos adversos para la salud y los ecosistemas.

España

El Gobierno de España decretó la cuarentena el 15 de marzo. Desde entonces, los niveles de concentración de NO2 disminuyeron en promedio 64% en las principales ciudades españolas. Bajó más en Barcelona (-83%), en Madrid (-73%) y en València (-64%), según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).

Perú

De acuerdo con información difundida por el Ministerio del Ambiente (Minam), durante los días de la cuarentena iniciada el 16 de marzo, la calidad de aire en Lima alcanzó, luego de mucho tiempo, los niveles que recomienda Organización Mundial de Salud (OMS).

Es así que los promedios semanales de material particulado fino en el aire, durante el aislamiento social obligatorio, se han registrado en valores iguales o por debajo de los 10 µg/m3 (microgramos por metro cúbico), que son los promedios más más bajos registrados en los últimos 3 años.

No obstante, la ONU ha recordado que un virus no puede ser una solución viable a largo plazo al problema del calentamiento global.

Si bien las emisiones representan lo que pasa a la atmósfera, las concentraciones son lo que queda en la atmósfera después del complejo sistema de interacciones entre la atmósfera, la biosfera, la litosfera, la criosfera y los océanos, indicó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Y aunque se han registrado mejoras localizadas en la calidad del aire, “es demasiado pronto para evaluar las implicaciones para las concentraciones de gases de efecto invernadero que son responsables del cambio climático a largo plazo. Los niveles de dióxido de carbono en las estaciones de observación clave han sido, hasta ahora, más altos que el año pasado”.

Frente a ello, el secretario general de la OMM, Petteri Talas, sostiene que este es el momento de considerar cómo usar los paquetes de estímulo económico que se ejecutarán durante y tras la crisis sanitaria, para trabajar en un cambio a largo plazo hacia prácticas comerciales y personales más amigables con el medio ambiente y el clima.