China exhibió, con motivo de los 70 años del régimen comunista, sus nuevas armas --misiles, drones, bombarderos-- con las que desea compensar su retraso tecnológico ante Estados Unidos y aspirar a un rol de gran superpotencia global.
El desfile militar de inicios de mes ilustró la modernización del ejército, deseada por el presidente Xi Jinping, que quiere que alcance un nivel de “clase mundial” antes de 2049, cuando se cumpla el centenario de la República popular.
“Las nuevas armas nucleares presentadas reflejan considerables progresos” declaró a la AFP Adam Ni, especialista del ejército chino en la universidad Macquarie de Sydney. “Son cada vez más móviles, resistentes, fiables, precisas y de alta tecnología”, subraya Ni, y agrega que “la disuasión nuclear de China gana credibilidad ante Estados Unidos”.
Los dos países están enfrentados en el mar de China meridional, donde luchan por imponer su influencia, y se libran desde 2018 un guerra comercial de consecuencias imprevisibles. En este contexto, Beijing ha presentado lo mejor de sus misiles balísticos intercontinentales: el inmenso DF-41 (“Viento del Este-41”). De gran alcance (14,000 km), podría llegar a territorio norteamericano, y puede ser cargado con varias cabezas nucleares (de tres a 10 según los expertos).
La gran ventaja del DF-41 es que, pese a sus 20 metros de largo, es móvil y puede ser ocultado en cualquier lugar del país, a diferencia de la precedente generación de misiles balísticos nucleares, que debían ser lanzados desde silos fijos.
‘Ola gigante’
China presentó asimismo una nueva versión de su estratégico bombardero, el H6-N, que sería capaz de transportar armas atómicas a distancias mayores que sus predecesores.
Otro armamento destacado en el desfile fue el misil balístico mar-tierra JL-2 (“ola gigante-2”), cargado en submarino y que podría alcanzar Alaska y el oeste de Estados Unidos. “China seguirá manteniendo un pequeño pero eficaz arsenal nuclear. El objetivo es garantizar una disuasión nuclear y una respuesta creíble en caso de ataque de un país tercero” asegura a la AFP Cui Yiliang, analista y redactor de la revista china “Xiandai Jianchuan”, especialista en armamentos.
La otra “estrella” del desfile fue el misil DF-17, que puede, una vez alcanzada la altura necesaria, soltar un “planeador hipersónico”, un arma en forma de nariz de cazabombardero, capaz de volar a 7,000 km/h.
El servicio de investigación del Congreso estadounidense expresó, a mediados de septiembre en un informe, su preocupación por el hecho de que Estados Unidos sufra una retraso ante China en lo referente a estos planeadores hipersónicos.
Armas de disuasión
Con todas esas nuevas armas, el ejercito chino “reduce la distancia con Estados Unidos y limita las ventajas militares de Washington en Asia” opina Adam Ni. “China puede asimismo disuadir a Estados Unidos de intervenir en Taiwán o en el mar de China meridional”.
El ejército chino presentó asimismo dos drones. El WZ-8 (“Reconocimiento-8”) de velocidad supersónica (unos 4,000 kmh), que puede permitir recoger informaciones sobre portaaviones antes de un disparo de misil balístico contra una nave militar. Y el GJ-11 (“Ataque-11”), un gran dron furtivo en forma de ala delta, que podría transportar misiles o seguir la pista de navíos extranjeros.
“La industria china de defensa ha hecho progresos incuestionables. Pero aún le queda camino por recorrer para igualar la potencia tecnológica militar de Estados Unidos” afirma James Char, experto del ejército chino en la Universidad de tecnología de Nanyang, en Singapur. “Pero también hay que destacar que más allá de la presentación de armas (en un desfile militar), no se sabe realmente lo que esas armas son capaces de hacer en el terreno” militar, matiza.