El uso de una tarjeta de crédito va más allá de situaciones de emergencia, pues este producto está relacionado al historial crediticio del clientes, por lo que darle uso se presenta oportuno, siempre y cuando sea de la manera correcta y se tenga en cuenta que muchas ofrecen distintos beneficios. Aquí tres consejos.
Úsala para gastos corrientes y sin cuotas
La forma más eficiente y racional es utilizar la tarjeta en pago directo o sin cuotas, pues esto evita que se cobren intereses por las compras realizadas. “En una tarjeta de crédito el interés es alto, por lo que normalmente no debería pagarse el consumo en cuotas”, señaló Jorge Ojeda, docente de la Facultad de Negocios EPE de la UPC.
En coincidencia, Jorge Carrillo Acosta, profesor de Pacífico Business School, mencionó que normalmente conviene comprar en crédito directo cuando son gastos corrientes o habituales.
No obstante, indicó Ojeda, esto maneja una condición, el poder saber que el monto acumulado de las compras realizadas puede ser efectivamente pagado en su totalidad al final del mes. “Si pongo los pagos sin cuotas, y finalmente solo cumplo con el pago mínimo, ya generaría intereses por todos los bienes y servicios consumidos”, afirmó.
En relación a ello, Carrillo Acosta señaló que si se quiere optar por hacer un gasto “fuerte” sin cuotas con su tarjeta de crédito, se debe tener en cuenta el salario disponible, pues puede ocurrir que no se pueda pagar a fin de mes. Si el monto sobrepasa la tercera parte de los ingresos, entonces no sería recomendable usar la tarjeta sin cuotas.
Siendo ese el caso, el optar por cuotas sería una opción, pero la recomendación sería tomar un préstamo personal, el cual tendría un interés mucho menor al de la tarjeta. “Si gano S/ 3,000 y el producto a comprar cuesta más de S/ 1,000, entonces lo mejor sería fraccionarlo, pero a través de un préstamo, pues el pago con la tarjeta es muy caro, dado que las tasas son mayores al 50% en bancos”, manifestó.
En el mismo sentido, Ojeda señaló que la regla de pagar las compras sin cuotas está ceñida a bienes de bajo costo como comida, prendas de vestir, entre otros, por lo que para adquirir, por ejemplo, artefactos como una cocina o televisor, lo mejor sería el pago en plazos, pero con un préstamo.
“Es preferible hacer un préstamo con crédito preferente, porque los intereses van a ser muchísimo más bajos que los de la tarjeta de crédito. Cualquier gasto importante que pueda involucrar el pago en varias cuotas se enmarca mejor en un préstamo”, afirmó.
Mapea las ofertas de tu tarjeta
Como parte de la competencia entre entidades financieras, muchas de estas ofrecen promociones y descuentos en distintos establecimientos, los cuales juegan a favor del consumo en comida, productos de mayor valía como electrodomésticos, viajes, entre otros.
“Es recurrente que se ofrezcan descuentos en tiendas o restaurantes, incluso algunas ofrecen acumular millas o puntos para futuros viajes. Cuando uno va a optar por una tarjeta de crédito, uno tiene que ver las condiciones o beneficios, y evaluarlos según su perfil de consumo”, afirmó Ojeda.
Añadió que hay tarjetas de crédito que ofrecen las llamadas “cuotas sin interés”, lo que haría conveniente comprar productos con la tarjeta en múltiples cuotas. “En estos casos sí es óptimo hacer uso del consumo en cuotas, pues se divide el monto total sin recarga adicional por interés de la tarjeta”, indicó.
Carrillo Acosta mencionó que gastos “fuertes” sí pueden realizarse en cuotas siempre y cuando se ofrezcan estas promociones (fraccionamiento sin interés o cuotas con interés cero). “Sin esta excepción, no es recomendable usar la tarjeta con cuotas”, manifestó.
Afíliala a un consumo de servicio recurrente
Según Ojeda, muchas entidades exoneran el pago de membresía de las tarjetas si estas tienen un consumo fijo relacionado al pago de teléfono, celular, servicios streaming como Netflix, entre otros. En ese sentido, se puede generar un ahorro con pagos ya programados.
“Algunas membresías, las cuales significan un pago anual, se cubren con el consumo de todos los meses o con algún servicio. Esto puede ser aprovechado, pues son gastos que de todas maneras se van a pagar”, señaló.
Cabe resaltar que hay tarjetas que no cobran membresía, pero es posible que estas no tengan programas de beneficios asociados.