En su primer año como , el argentino Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, ha emprendido reformas que han puesto poco contentos a muchos en Roma, dice El Mercurio de Chile. "Como ningún Papa antes, Francisco tiene control sobre su agenda, correspondencia y comunicaciones", señala el diario, que argumenta que esa situación ha permitido al Sumo Pontífice hacer cambios, por ejemplo, en la conducción económica del Vaticano.

En un reportaje publicado en su edición de hoy, puntualiza que en "este primer año de su papado, (Francisco) no solo se ha caracterizado por sus llamados a una Iglesia más humilde y cercana, sino también por sus muestras de austeridad y el emprendimiento de reformas económicas en el Vaticano".

Entre el 2010 y el 2012, el Vaticano debió asumir la investigación que inició la justicia italiana contra el Instituto para las Obras de la Religión (IOR) por supuesto , y la difusión de documentos secretos que mostraban denuncias de corrupción en la jerarquía de la Iglesia. Se afirma que esos acontecimientos aceleraron la renuncia de Benedicto XVI.

El Mercurio recuerda que el Papa Francisco asumió el 13 de marzo del 2013, y que su primera gran reforma económica ocurrió tres meses después: entregó más poderes a la Autoridad Financiera Vaticana para que supervise al IOR, ordenó que le reporte directamente a él, creó una comisión para que decida el y otra para que evalúe las reforma económicas y administrativas de la Santa Sede, desarmó la comisión de cardenales creada por Benedicto XVI para supervisar el Banco Vaticano y cambió cuatro miembros para colocar gente de su confianza.

Además, fueron contratadas las consultoras privadas Promontory Financial Group EY (ex Ernst & Young), KPMG y McKinsey, para conocer la real situación financiera de la entidad, transparentar sus acciones y mejorar la imagen de la Iglesia.

La prensa italiana especula, incluso, que el Papa podría aceptar la propuesta de un grupo de cardenales de si no consiguen los objetivos.

En tanto, Francisco ha renunciado a vivir en el lujoso Palacio Papal para seguir en el hostal Casa Marta, donde come junto a los otros inquilinos, opción que los periodistas italianos creen que no solo tiene que ver con un gesto de austeridad, sino con la intención de Bergoglio de mantener su independencia y no quedar encerrado por la burocracia del Vaticano.