Una inversión en instrumentos alternativos puede reducir el riesgo y la volatilidad de una cartera.
Una inversión en instrumentos alternativos puede reducir el riesgo y la volatilidad de una cartera.

(G de Gestión) Más allá de las inversiones tradicionales, hay —sin exagerar— un mundo entero de instrumentos que muchos inversionistas no conocen, y, si los conocen, muchas veces los consideran inaccesibles o inalcanzables. Se trata de las denominadas “inversiones alternativas”, es decir, aquellas que no se encuentran en el mercado de capitales público, por lo que no encajan en las categorías tradicionales (como renta variable, renta fija, papeles comerciales o depósitos bancarios). Entran en este grupo instrumentos como los fondos de cobertura (hedge funds), el capital privado (private equity), la deuda privada (private debt) y los fondos de inversión inmobiliaria, en infraestructura y en materias primas. Todos estos pueden —y, en algunos casos, deberían— formar parte de un portafolio de inversión equilibrado y rentable. Pero, antes de eso, es necesario entenderlos y comprender las ventajas que pueden tener, así como sus riesgos y contras.