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Russ KoesterichEstratega Principal de Inversiones Globales para iShares de BlackRock

Sólido crecimiento en EE. UU., pero no suficienteLa semana pasada, las acciones fueron en direcciones opuestas. Hubo más evidencias de la recuperación de la economía estadounidense. Sin embargo, este optimismo se encuentra cada vez más solo en EE.UU.

En otras economías se perciben varios indicios de desaceleración: datos débiles de importación y exportación en China, numerosas bajas en la demanda del petróleo junto con la disminución en su precio, requisitos de garantía más estrictos por parte de China y angustia en torno a la política europea.

Esta recuperación no implica que los activos estadounidenses sean inmunes a la desaceleración. El índice S&P 500 cotizó a su nivel más bajo en semanas y la volatilidad (según el índice VIX) superó el umbral de los 20 puntos por primera vez desde octubre. Hemos sido testigos de una venta masiva de bonos de alto rendimiento, lo que ha ampliado los márgenes a su mayor nivel desde junio del 2013.

No obstante, las pérdidas más importantes se volvieron a registrar en el sector de los productos básicos, particularmente del petróleo. La rentabilidad de los bonos alemanes cayó por debajo del 0.70%, la rentabilidad a 10 años de las letras del Tesoro de los EE. UU. cerró por debajo del 2.10% y los bonos estadounidenses exentos de impuestos experimentaron la 19.ª semana consecutiva de flujos entrantes.

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*La política mundial agudiza los riesgos y oportunidades *Los contrastes entre los EE.UU. y el resto del mundo también se manifiestan en la política. Es posible que el 2015 se vea caracterizado por una relativa inactividad política en los EE.UU. Desde ya, hemos comenzado a ver cómo la política mundial resurge como factor impulsor clave de la inversión. La semana pasada, se observaron dos ejemplos de este comportamiento: un riesgo y una posible oportunidad.

El riesgo proviene de Europa. El lunes pasado, el primer ministro griego, Antonis Samarás, adelantó la fecha de la votación parlamentaria correspondiente a las elecciones presidenciales. Esto ya se refleja en el precio de los activos, la ansiedad en torno a las elecciones y a la posibilidad de que en Grecia asuma un gobierno menos comprometido con la reforma. Así mismo, las acciones europeas en general sufrieron una de sus peores semanas. Esto refleja la preocupación de los inversionistas respecto a las consecuencias en la eurozona.

La oportunidad proviene de Japón. Si el resultado electoral es favorable para el actual partido gobernante, el primer ministro Shinzo Abe tendrá el impulso político necesario para implementar más planes de acción a favor del crecimiento, lo que incluye recortar la tasa de impuestos corporativos al 20%, decretar reformas relacionadas con el mercado laboral y liberalizar los sectores energético y agrícola, lo cual fortalecería las acciones japonesas.