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Más de la mitad de las exportaciones de quinua del Perú, el principal proveedor mundial de este grano, serán orgánicas dentro de unos tres años, estima Gustavo Pereda, presidente del Comité de Menestras y otros granos de la Asociación de Exportadores (ADEX).
En el 2019, la participación de los granos orgánicos en los envíos de quinua dio un súbito avance al pasar de 30% a 38%, mientras que ahora se ubica en 45%, lo que muestra su tendencia creciente. El público de los principales países de destino demanda cada vez más la quinua libre de agroquímicos y natural, lo que impulsa a los productores a seguir apostando por este tipo de producción, que exige mayores costos y cuidados.
“En los próximos tres años, la quinua orgánica va a representar más de la mitad de las exportaciones. Esta tendencia deja claro que el Perú tiene que dedicarse al producto orgánico”, comenta el presidente del comité gremial. Los precios de venta de la quinua orgánica son 10 o 15% más elevados que los de la convencional, destaca.
Sin embargo, la producción libre de agroquímicos genera menores volúmenes por hectárea cultivada y también requiere de un pago por certificación. Francisco Diez Canseco, presidente del Grupo Orgánico Nacional, indicó meses atrás a gestion.pe que la inversión en una hectárea de quinua orgánica oscila entre S/ 4,000 y S/ 5,000, y ofrece una productividad de unos S/ 800 kg. En tanto, la hectárea de quinua convencional demanda de unos S/ 8,000 y rinde entre 2,000 y 2,500 kg.
La quinua orgánica solo puede ser cultivada en las zonas andinas del Perú, donde se concentra más del 90% de los cultivos de quinua en general. En la costa solo puede ser cultivada la quinua convencional, pues se requiere de agroquímicos para controlar las plagas presentes en estas áreas geográficas.
En la mayoría de los casos, los productores de la sierra poseen pequeñas extensiones, lo que les impide exportar de forma directa. Por ello, las ventas hacia el exterior se realizan a través de sus asociaciones o por medio de acopiadores que recogen los granos y los trasladan a las empresas exportadoras.
En general, Pereda proyecta que este año las exportaciones peruanas crecerán en volumen 10%, a diferencia de años anteriores en los que crecían a 20%, “porque el mercado está un poco lento”.
Los precios han bajado de forma leve debido a una mayor oferta global, pero podrían subir desde fines de agosto, estimó. Por ende, este año la facturación de los envíos presentará un leve crecimiento en comparación con la del año pasado, en el fue de US$ 118 millones 697 mil tras haberse contraído debido a la pandemia del COVID-19.
Por último, indicó que los gremios de productores de este grano están reuniéndose en una mesa de trabajo para lograr la denominación de origen de la quinua de los Andes peruanos, lo que permitirá distinguir al grano cosechado en esta parte del mundo.
“El secreto para competir en el mundo no va a ser solo la denominación de origen de la quinua, sino aumentar la productividad por hectárea”, dijo, sin embargo. En esta línea, los gremios están trabajando con el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa), para producir mejores semillas y mejorar las prácticas de los agricultores, respectivamente.