Marihuana
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Los empleadores enfrentan dificultades para en el . La marihuana ahora es legal en nueve estados y en Washington, D.C., lo que significa que más de uno de cada cinco adultos estadounidenses puede comer, beber, fumar o aspirar como desee.

El resultado de ambos es la lenta disminución de las pruebas de drogas previas al empleo, que durante décadas han sido un requisito para los en sectores que van desde la manufactura hasta las finanzas.

Desde principios del 2018, Excellence Health Inc., una compañía de cuidado de la salud con sede en Las Vegas y con alrededor de 6,000 empleados, ya no realiza pruebas de detección de drogas a las personas que trabajan en el lado farmacéutico de la operación. La compañía dejó de hacer pruebas de marihuana hace dos años.

"No nos importa lo que haga la gente en su tiempo libre", dijo Liam Meyer, portavoz de la compañía. "Queremos ayudar a estas personas, en lugar de decir: 'oye, no puedes trabajar para nosotros, porque usaste una droga'", agregó. La compañía además incorporó una línea directa para cualquier trabajador que pueda estar teniendo problemas con el consumo de drogas.

El mes pasado, AutoNation Inc., el mayor concesionario estadounidense de automóviles, anunció que ya no rechazaría a los postulantes que dieran positivo en las pruebas de consumo de marihuana.

El diario The Denver Post, propiedad de Digital First Media, puso fin en septiembre del 2016 a las pruebas de detección de drogas que realizaba a todos los postulantes a cargos no relacionados con seguridad.

Hasta el momento, las compañías en los estados que legalizaron el uso recreativo o medicinal de la marihuana llevan la delantera en abandonar las pruebas de drogas. Una encuesta realizada el año pasado por el Consejo de Empleadores de los Estados de Montaña a 609 empleadores de Colorado concluyó que la proporción de compañías que realizan pruebas de consumo de marihuana cayó al 66%, frente al 77% del año anterior.

Las pruebas de drogas restringen el grupo de trabajo y en el ajustado mercado laboral de la actualidad, eso está afectando la productividad y el crecimiento. En las encuestas realizadas por la Reserva Federal el año pasado, los empleadores mencionaron la incapacidad de los solicitantes para aprobar las pruebas de detección de drogas entre las razones de las dificultades en la contratación.

Las pruebas que dieron positivo alcanzaron un máximo histórico en el 2017, según datos de Quest Diagnostics Inc. Esa cifra probablemente empeorará a medida que más personas participan en el consumo de cannabis legalizada por el estado.

"Los beneficios de al menos reconsiderar la política de drogas en nombre de un empleador serían bastante altos", dijo Jeremy Kidd, profesor de Mercer Law School, quien escribió un documento sobre la economía de las pruebas de drogas en el lugar de trabajo. "Una prohibición general no puede ser la política económicamente más eficiente".

Las empresas están teniendo muchas dificultades para contratar personal, con un desempleo que ronda el 4%. "Los empleadores están realmente atados de manos y dicen ’vamos a perdonar ciertas cosas’", dijo James Reidy, abogado que trabaja con empleadores en sus políticas de recursos humanos.

Reidy sabe de media docena de otros grandes empleadores que han cambiado silenciosamente sus políticas en los últimos años. No todas las empresas quieren publicitar el cambio, por temor a que pueda implicar que son débiles en materia de drogas. (Incluso el ex director del FBI James Comey en el 2014 bromeó sobre la necesidad de que la entidad reevaluara su política de pruebas de drogas para atraer a los mejores candidatos).

¿Por qué el cambio? Las pruebas previas al empleo ya no justifican el gasto en una sociedad que acepta cada vez más el consumo de drogas. Una encuesta de Gallup realizada en octubre concluyó que el 64% de los estadounidenses estaba a favor de la legalización.

Ese es el nivel más alto desde que la compañía comenzó a hacer la pregunta en 1969, cuando solo el 12% apoyaba cambiar el estado de la planta. Las pruebas de drogas cuestan entre US$ 30 y US$ 50 cada una, pero los costos potenciales para un empleador son mucho mayores que la prueba real.

Además de ayudar a facilitar la situación del mercado laboral, la eliminación de las pruebas de drogas podría tener beneficios aún más amplios para la economía, dijo Kidd. Los empleadores podrían contratar a los trabajadores mejores y, en teoría, más productivos, dijo, en lugar de rechazar a las personas en función de sus hábitos recreativos.

Las empresas han dicho que pierden ante competidores extranjeros, porque no pueden encontrar personas que puedan pasar las pruebas de drogas, un problema particularmente grave en las áreas más afectadas por la crisis de opiáceos.

Algunos trabajos, como los que tienen que ver con el uso de maquinaria pesada, siempre requerirán pruebas de drogas. Excellence Health sigue realizando pruebas de drogas a cualquier empleado que trabaje en un contrato gubernamental, incluso en estados donde la marihuana es legal.

Las empresas además se reservan el derecho de realizar pruebas después de un accidente o si un empleado llega a trabajar con sus capacidades notablemente afectadas.