Intéligo SAB proyecta que el PBI crezca 8.4% en el 2021, luego de la caída de -11.5% en el 2020. Este rebote se explica, en parte, por un efecto estadístico tras la drástica caída del año pasado.
Además, el impulso que vendrá desde la inversión pública y el favorable panorama internacional ayudarán a la recuperación. Sin embargo, el proceso electoral y la situación sanitaria serán las principales fuentes de incertidumbre este año.
La inversión pública jugará un papel importante en la recuperación económica en un contexto de debilidad interna. Desde su caída más profunda en mayo (-75.3%), en noviembre entró en terreno positivo, con un crecimiento de 26.6%. Este dinamismo se mantendrá en el transcurso del 2021.
Intéligo SAB espera que la inversión pública crezca 19.3% —luego de la caída de -17.3% del 2020—, su avance más alto de los últimos siete años, como resultado de los proyectos asociados a la reconstrucción, proyectos del Plan Nacional de Infraestructura y el impulso de obras paralizadas.
Por su parte, el consumo público crecería 3.2% con el fin de una mejor provisión de bienes y servicios, mantenimiento de infraestructura vial y la universalización de los servicios de salud.
“El principal reto vendrá desde el sector privado. Las familias fueron golpeadas durante el 2020 con pérdidas de empleo y poder adquisitivo. Sin embargo, luego de la histórica caída de -10% del consumo privado, esperamos un crecimiento de 6.8% en el 2021, en línea con una mejora de los niveles de empleo e ingresos, en un contexto de adaptación de cambios en los hábitos de consumo de las familias”, explica Luis Eduardo Falen, head de Macroeconomía de Intéligo SAB.
Por el lado de la inversión privada, se espera un avance de 21.9%, luego de la contracción de -21.5% de este año. La ampliación del aeropuerto Jorge Chávez (US$ 1,200 millones) y la construcción de la línea 2 del Metro de Lima (US$ 5,300 millones) son dos de los proyectos más importantes que continuarán ejecutándose, y apuntalarían el crecimiento. Asimismo, la inversión inmobiliaria se recuperaría gradualmente, en un contexto de mayores incentivos a la vivienda social y condiciones financieras favorables.
En este contexto, el escenario internacional favorecerá también las perspectivas de la inversión minera. “Cuando los precios de nuestros principales metales de exportación están en niveles elevados, se incentivan los niveles de inversión. En ese sentido, se podría esperar que proyectos ya en marcha como Quellaveco y la ampliación de Toromocho aceleren su construcción para aprovechar la coyuntura de precios. Sin embargo, no se espera el inicio de construcción nuevos proyectos”, resalta Falen.
Falen enfatiza, sin embargo, que las perspectivas favorables para la economía podrían verse mermadas por la materialización de riesgos políticos y sanitarios en el primer semestre del 2021.
“Las elecciones presidenciales de abril serán cruciales para mantener en terreno positivo las expectativas empresariales y de las familias. La posibilidad de una segunda ola del COVID-19 en el país podría reducir el crecimiento económico hasta en dos puntos porcentuales debido a la eventual reimposición de restricciones productivas. De disiparse los riesgos asociados, el Perú consolidará sus perspectivas y recuperará su papel protagónico, liderando el crecimiento de la región”.