(Bloomberg) En todo el mundo, una recuperación incipiente de la inflación ha despertado el optimismo de que después de años de demanda vacilante, los precios pueden finalmente estar cobrando velocidad de despegue.
Una dosis de inflación, dentro de lo razonable, ayuda a las economías a crecer aumentando los beneficios de las empresas —según los libros de textos, los salarios deberían subir en consecuencia— y hace que la deuda sea más fácil de pagar (al menos hasta que suban las tasas de interés).
El último brote de reflación se desencadenó el año pasado por una gran recuperación en precios mayoristas en China y una mejora de las perspectivas del crecimiento global.
Pero esto puede no anunciar un retorno a la inflación como la conocíamos antes. A diferencia de los ciclos anteriores, cuando los precios se aceleraron y los estrategas monetarios tuvieron que intervenir y enfriar la demanda, un factor de moderación esta vez es el ritmo vertiginoso de innovaciones en el sector minorista.
El aumento de las compras por Internet y los sitios web de comparación de precios han enganchado los consumidores a los descuentos. E incluso cuando las personas se apartan de sus pantallas y realmente van a las tiendas, menos personal y tiendas menos deslumbrantes también están manteniendo bajos los precios.
Es un fenómeno que los economistas de un banco australiano han denominado el "efecto de la Aldi-zación", en referencia al nombre del supermercado alemán de descuento conocida por su estrategia comercial básica y sin lujos.
"La vanguardia del comercio minorista seguirá aumentando la competencia de precios y, por lo tanto, ello conllevará una resistencia deflacionaria", dijo Richard Yetsenga, economista jefe de Australia & New Zealand Banking Group Ltd., con sede en Sídney. "La tendencia de la 'Aldi-zación' está aquí para quedarse".
El informe sobre comercio minorista de este año "2017 Total Retail", de PricewaterhouseCoopers LLP, concluyó que 47% de los 24,471 encuestados en todo el mundo utilizan Amazon.com como un sitio de investigación de precios.
Según este informe, Japón, Alemania, Brasil y Estados Unidos fueron los cuatro principales países donde los consumidores compran con menos frecuencia en tiendas físicas debido al "efecto Amazon".
"La competencia nunca ha sido más feroz", dijo John Maxwell, líder global de comercio minorista y consumidor en la firma consultora.
Los resultados se pueden ver en todo el mundo. En Estados Unidos, el índice de precios al consumidor de las prendas de vestir no ha ido a ninguna parte.
El descuento probablemente desempeña un papel importante en mantener bajos los salarios en el sector minorista, al menos en Estados Unidos, donde la categoría minorista muestra el menor avance salarial de 12 meses de todos los sectores comprendidos en el informe mensual de empleo de Estados Unidos, según NatWest Markets.
La importancia del consumo —representó 58% del PBI mundial en 2015, según el Banco Mundial— significa que los cambios radicales en los patrones de compras actuarán como una restricción en el ritmo de la inflación y podrían ser un factor que determine la rapidez con que los bancos centrales endurezcan su política monetaria si el crecimiento global continúa repuntando.
El Fondo Monetario Internacional proyecta que la inflación promedio en el G-7 será inferior a 2% a mediano plazo. Si bien ello es mejor que la inflación inferior a 1% en 2015 y 2016, está por debajo de las metas de inflación de la mayoría de los bancos centrales.