(Bloomberg) La megacervecería no es lo suficientemente mega para SABMiller. La cervecera con sede en Londres debería alejarse de la propuesta adquisición por parte de Anheuser-Busch InBev.

La caída del 10% de la libra después del Brexit provocó quejas por parte de los accionistas de la compañía blanco de la compra sobre los términos del acuerdo, y hoy AB InBev capituló, subiendo su oferta en una libra a 45 libras por acción.

Las acciones de SABMiller están operando justo por debajo del valor de la oferta aumentada. AB InBev dice que la nueva oferta equivale a una valuación total de 79,000 millones de libras (US$ 104,000 millones).

Pero el mundo ha cambiado desde que SABMiller accedió a ser adquirida por su homóloga belga en noviembre pasado.

El interés de AB InBev por un posible acuerdo surgió por primera vez en setiembre, justo después de que la agitación del mercado hiciera bajar las acciones de SABMiller hasta alrededor de 29 libras. Antes de eso, las acciones blanco de la compra rondaban las 34 libras.

Imaginen que no hubiera habido ninguna oferta de AB InBev. El índice de bienes de consumo FTSE subió más del 17% desde su nivel de mediados de agosto, justo antes de que los mercados tambalearan. Si las acciones de SABMiller hubieran seguido la tendencia, estarían ahora negociándose a unas 40 libras, por lo que la última oferta de adquisición representaría una mera prima del 12.5% . El 30% es el mínimo habitual para una adquisición.

Es cierto que SABMiller tiene un peso significativo en el índice de consumo, pero esto no cambia mucho el panorama general. Una gran cantidad de empresas británicas con ganancias internacionales, desde Diageo hasta Burberry, han logrado un buen desempeño luego de la devaluación de la libra. SABMiller, con el 80% de sus ingresos fuera de Europa, habría sido una de ellas si sus acciones no se hubieran visto afectadas por la oferta de AB InBev.

Los cambios que AB InBev anunciaron hoy incluyen una alternativa parcial más generosa, con un valor de apenas más de 51 libras. Esto, sin embargo, no aporta una solución. Se ha diseñado para beneficiar específicamente a dos grandes inversores, Altria y Bevco, que reúnen entre ambos 40% de SABMiller. Los accionistas no pueden tomar esta opción por el valor total de sus tenencias, y las acciones en cuestión están sujetas a restricciones durante cinco años.

SABMiller parece estar en una situación difícil. AB InBev ha declarado que su nueva oferta es "definitiva", por lo que en virtud de las reglas británicas no hay margen para la negociación. Al sopesar la posibilidad de recomendar la nueva oferta, el directorio de SABMiller tiene que elegir entre aceptar el trato sobre la mesa u optar por la independencia.

La decisión no es sólo sobre el precio de la oferta. Los directores de SABMiller también deben reconsiderar, a la luz de la mayor familiaridad que ahora tienen con AB InBev, los riesgos que supone la combinación de dos empresas con culturas tan diferentes.

El directorio de SABMiller tiene que tomar en cuenta los intereses de todos los inversores y de la empresa en su conjunto, no sólo los fondos de cobertura y los grandes accionistas. Ahora, la compañía cotiza en una proporción de precio futuro a utilidades de 25,4, una prima con respecto a sus colegas, aunque no masiva. Mientras que el colapso de la megacervecera llevaría a una caída en los valores de SABMiller, seguramente no será al nivel del verano pasado.

El directorio debería preguntarse si recomendaría llevar a cabo este acuerdo si lo hubiese recibido en el día de hoy. Seguramente la respuesta es que no.