Los presidentes ejecutivos de AT&T y Verizon Communications rechazaron la petición del gobierno estadounidense de aplazar la introducción prevista para el 5 de enero del nuevo servicio inalámbrico 5G por motivos de seguridad aérea, pero se ofrecieron a adoptar temporalmente nuevas salvaguardias.
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y el jefe de la Administración Federal de Aviación (FAA), Steve Dickson, pidieron a última hora del viernes al presidente ejecutivo de AT&T, John Stankey, y al de Verizon, Hans Vestberg, un retraso en el despliegue comercial de no más de dos semanas.
En una carta conjunta, las empresas de telefonía inalámbrica afirmaron el domingo que no desplegarán el 5G en torno a los aeropuertos durante seis meses, pero rechazaron cualquier limitación más amplia en el uso del espectro de la banda C.
Según dijeron, la propuesta del Departamento de Transporte sería “una abdicación irresponsable del control operativo requerido para desplegar redes de comunicaciones de clase mundial y globalmente competitivas”.
La industria de la aviación y la FAA han planteado su preocupación por las posibles interferencias del 5G con componentes electrónicos sensibles de los aviones, como los radioaltímetros, que podrían afectar a los vuelos.
La zona de exclusión que AT&T y Verizon proponen está actualmente en uso en Francia, dijeron las compañías, “con una ligera adaptación” que refleja “modestas diferencias técnicas en la forma de desplegar la banda C”.
“Las leyes de la física son las mismas en Estados Unidos y en Francia”, escribieron los CEO. “Si a las aerolíneas estadounidenses se les permite operar vuelos todos los días en Francia, las mismas condiciones operativas deberían permitirles hacerlo en Estados Unidos”.
La FAA dijo en un comunicado el domingo que está “revisando la última carta de las compañías inalámbricas sobre cómo mitigar la interferencia de las transmisiones de banda C 5G. Las normas de seguridad de la aviación de Estados Unidos guiarán nuestras próximas acciones”.