A pocos meses de cumplirse un año desde que se declaró el estado de emergencia en marzo del 2020, las empresas han enfrentado grandes desafíos, en la que se ha puesto a prueba la sostenibilidad de algunos sectores, quienes han tenido que reinventar nuevas formas de producción.
De acuerdo al Estudio de impacto económico del COVID-19 en las industrias de Latinoamérica y el Caribe, realizado por Marsh, 9 de cada 10 empresas proyectó un impacto financiero negativo para el cierre 2020. En Perú, casi el 60% de empresas tuvo previsto una disminución en ingresos del 15% a 25% respecto a los resultados del 2019.
El estudio también identificó el impacto causado por la pandemia en los costos en la cadena de valor de los diversos sectores e industrias.
Y es que, existen hoy empresas que dependen de algún otro proveedor para realizar sus funciones o son quienes suministran dichos productos, y debido a la crisis económica no están teniendo el ingreso proyectado.
En Perú, el 29% de industrias previó que dicho impacto oscilaría entre el 6% y 15%, mientras que el 19% de empresas pronosticaba que sería de 1% a 5%.
Los sectores con mayores proyecciones en la disminución de sus ingresos
De acuerdo al estudio realizado, las industrias que se han visto más afectadas en Perú han sido Manufactura, Servicios, Comercio (mayorista y minorista) y Energía, quienes proyectaron, en su mayoría, una disminución de 15% a 25%.
En relación al sector Manufactura, el 81% proyectó esta disminución (15% a 25%) en sus ingresos, mientras que el 37% calculó un impacto en los costos de la cadena de valor de 6% a 15%.
Por su parte, la industria del Comercio, el 75% estimó que la repercusión en la economía sería de 15% a 25%, al mismo tiempo que, el 50% consideró que tendrían un impacto en los costos de cadena de valor mayor a 15%.
Por otro lado, sólo el 13% del sector de Servicios calculó que su disminución de ingresos sería de 1% a 5%, el resto indicó que sería mayor. En relación a los costos de la cadena de valor, el 40% no lo identificó como un riesgo, debido a que no tienen dependencia con el mismo.
Finalmente, a pesar que la mayoría no dejó de operar, el 83% del sector Energía proyectó una caída de 15% a 25% en sus ingresos.
“Estas proyecciones nos han mostrado la necesidad de que las empresas deben mejorar sus estrategias de gestión de riesgos, lo que les ayudará a controlar futuros impactos y a construir organizaciones más resilientes, más aún en el contexto de la segunda ola de la COVID19 por la que estamos atravesando y luego de que la economía peruana haya cerrado el 2020 con una contracción del 12%, según el Banco Mundial”, señaló Mónica Acosta, Líder de Marsh Risk Consulting en Perú.