Tara Lachapelle
Fue la década que modificó la definición misma de “televisión”. El sustantivo: Netflix; el verbo: transmitir.
La lucha de la industria por adaptarse a la nueva terminología desencadenó una locura de fusiones que rápidamente condensó el mercado de servicios de televisión de pago y contenido de entretenimiento en manos de unos cuantos poderosos. Aquí hay un vistazo a lo que ha provocado el auge de Netflix Inc., la intrusión de Big Tech y una década de acuerdos al panorama de los medios y el entretenimiento.
Dado que los espectadores decidieron que no necesitaban tantos canales, la industria decidió que no necesitaba tantas compañías. Empresas que alguna vez fueron poderosas, como 21st Century Fox y Time Warner Cable, fueron adquiridas por rivales mejor equipados para desenvolverse en la nueva era del streaming. La unión de Fox Studios y la familia de Walt Disney Co. probablemente fue la mayor sorpresa, pero las adquisiciones más importantes de Disney fueron de las franquicias de Marvel y “Star Wars”, lo que le dio un dominio casi total de la pantalla grande.
Por cierto, la pantalla grande ya no es tan grande: solo Netflix genera más ingresos que toda la taquilla norteamericana. La empresa, que originalmente era un servicio de DVD por correo cuyo mayor rival era la tienda Blockbuster, ahora tiene una valoración casi tan grande como la de Comcast Corp. (durante un tiempo, incluso valió más que el gigante del cable). También ha atraído a algunos de los directores y actores más codiciados de Hollywood, mientras que otros han llevado sus talentos para la realización de películas a Apple Inc. y Amazon.com Inc. Así es como Lions Gate Entertainment Corp., el estudio que produjo “Los juegos del hambre”, apenas puede aferrarse a su independencia.
CBS y Viacom se convirtieron hace poco en ViacomCBS Inc., pero también ellos pueden ser presas de la industria. Discovery Inc. pudo acaparar el mercado de programación familiar y culinaria improvisada al asumir la propiedad de HGTV y Food Network. Pero el gran acuerdo de la década fue la adquisición por parte de AT&T Inc., la compañía telefónica que alguna vez fue prosaica, de Time Warner, empresa matriz de HBO.
Las llamadas guerras de streaming no comenzaron en ninguna fecha en particular, pero un episodio importante fue el ocurrido el 2 de abril de 2010: ese fue el día en que apareció la aplicación Netflix en el iPad de Apple; en unos pocos meses estaba en App Store, la tienda de aplicaciones de iPhone, y repentinamente pudimos comenzar a llevar el servicio de streaming en nuestros bolsillos, trasladándose con nosotros donde sea que fuéramos.
No mucho antes, Netflix había alcanzado un fatídico acuerdo de distribución con el canal de cable premium Starz, que tenía los derechos de las principales películas meses después de que salieran de los cines. Posteriormente, Starz lamentaría el acuerdo, pero para Netflix, significó obtener acceso a miles de películas, incluidos éxitos de Disney (que más adelante firmaría su propio acuerdo con el servicio). Y así, una aplicación de US$ 9 al mes se convirtió en una alternativa viable y satisfactoria a la televisión por cable.
Luego vinieron las fusiones
Pocas industrias fueron tan mutiladas por la tecnología en estos últimos 10 años como los medios de comunicación: los medios impresos absolutamente, pero también los gigantes del entretenimiento, donde las cifras en juego eran aún mayores. Para 2015, el centro de poder de la industria se estaba trasladando a medida que se formaban fisuras en el modelo tradicional de televisión de pago. Un informe de resultados, ahora tristemente célebre, que ese verano publicó Disney mostró que los suscriptores de cable habían comenzado a desechar el canal ESPN de la compañía, la red al aire más valiosa, que supuestamente era el más inexpugnable de la televisión.
El típico paquete de cable de alrededor de US$ 100 al mes que ofrecía a la fuerza a los consumidores muchos más canales de los que necesitaban iba por el mismo camino que las antenas. AT&T, que acababa de apostar fuerte por las antenas parabólicas al adquirir DirecTV, centró su atención en los activos de contenido y pasó 857 días intentando cerrar su acuerdo por Time Warner.
Fue un momento trascendental para la industria cuando Rupert Murdoch, generalmente tenaz, vendió la mayor parte de su compañía a Disney, acuerdo que también incluía valiosas franquicias como "Los Simpson" y "X-Men". La reciente fusión de Viacom y CBS fue el intento de la familia Redstone por apuntalar los muros de su propio imperio vulnerable, reuniendo nuevamente a la cadena propietaria de Showtime y la empresa matriz de MTV y Paramount Pictures.
De todas estas fusiones surgen los nuevos servicios que imitan a Netflix, como la aplicación Disney+ que se lanzó en noviembre y HBO Max, de AT&T, que se lanzará en mayo. Las suscripciones de Apple TV+ también salieron a la venta el mes pasado, mientras que el servicio de Comcast, Peacock, llamado así por el logotipo de su división NBCUniversal, llegará en abril.
El corte del cordón y la consolidación redefinieron el panorama de los medios en la década de 2010. La próxima década marcará el comienzo de un nuevo grupo de líderes encargados de intentar dar sentido financiero a la transformación de la industria. Quienes durante mucho tiempo fueron los ejecutivos más poderosos de los medios de comunicación, como el director ejecutivo de Disney, Bob Iger, y John Malone, el influyente propietario de Charter y Discovery, se acercan a su retiro. Iger, de 68 años, tiene una fecha de retiro programada para diciembre de 2021, mientras que Malone, de 78 años, comenzó a aligerar su carga.
Sumner Redstone, postrado en cama, tiene 96 años y su hija Shari Redstone tiene 65 años; el director ejecutivo de AT&T, Randall Stephenson, tiene 59 años; y el director ejecutivo de Charter, Tom Rutledge, tiene 66 años. El presidente y director ejecutivo de Comcast, Brian Roberts, tiene 60 años, aunque los inusuales artículos de incorporación de la compañía dicen que puede conservar su trabajo por el resto de su vida. Sin embargo, Comcast anunció recientemente que Steve Burke se jubilará como director ejecutivo de NBCUniversal a principios de este nuevo año.
Para inversionistas y consumidores por igual, hay un camino incierto por delante. Mi cínica predicción: una industria que ya se está contrayendo se reducirá aún más.