¿Cómo se inició su historia empresarial?Mi padre árabe nos enseñó la cultura del trabajo. Cuando inicié mis estudios en la Universidad de Piura, eran tiempos difíciles, con pocas oportunidades. Por eso pensé: "si no las hay, habrá que hacerlas". Así, cuando mi padre empezó en Chiclayo, vi una oportunidad más al norte que me llevó a convertir tierras eriazas de Tumbes en piscinas para el desarrollo de langostineras. Como el mercado interno era muy difícil, enviábamos el langostino a Estados Unidos, y, años después, construimos una planta para su procesamiento. En esa época, producíamos 300 kg de langostinos por hectárea. Hoy enviamos 8,000 kg por ha.
Luego entramos a la agricultura. Hicimos un primer fundo y sembramos caña de azúcar y arroz en Chiclayo. En el año 2000 comenzamos a explorar cultivos de agroexportación y construimos una segunda planta de pimientos en Piura. Después, empezamos con el cultivo de alcachofa, en Arequipa, para su transformación y exportación, seguidos por la uva, palto y mango.
En el intermedio, con la mejora del Perú, y tras la privatización de algunas empresas del Estado, surgió la oportunidad de construir un hotel, depositando solo un 20%, mientras el Estado financiaba el 80%, para pagarlo en cinco años. Ese fue el origen de la cadena Costa del Sol, en la cual nos ayudó la experiencia que mi padre había tenido con el hotel Inti de Chiclayo.
¿Qué impide acelerar sus planes?Realmente, vemos un desarrollo de la parte privada, pero va a tal ritmo que si no calzamos con la parte pública, no se va a avanzar en ello. Es necesario agilizar y canalizar las inversiones. Vamos a equivocarnos, pero el único que no se equivoca es el que no hace nada.
En provincias caminamos al contrario de Lima: hacemos la parte productiva y después nos preocupamos de los servicios. Y lo mismo pasa con los proyectos, pues se comienzan a montar desde Lima, donde se está cómodo, pero luego, si no se hace un seguimiento diario, no se percibe la verdadera problemática y va a demorar mucho en desarrollarse. Por eso, una descentralización real va a ser uno de los grandes temas.
¿Qué retos encuentra su empresa a futuro?Uno de los principales temas para lograr continuidad en nuestros negocios es el desarrollo de nuestra gente. En varias empresas nos tocó repatriar a varios peruanos que salieron en busca de una oportunidad (sueño americano), y hoy están trabajando con la experiencia que han ganado afuera.
Igualmente, ha tocado bajar el estándar para cubrir algunos puestos de la organización. En otros casos, hemos tenido que importar gente, como españoles y franceses, ya que todo el proceso de expansión se dio de una manera tan acelerada, que no había gente para cubrir esos puestos. Otro de los grandes retos viene por el lado del financiamiento. Hemos logrado ciertos crecimientos, sin embargo llega un momento en el que la banca peruana se achica frente a las exigencias que tenemos para competir con el mundo.
Les abrimos las puertas a muchos países para que vengan a competir con nosotros, pero debemos hacerlo bajo las mismas condiciones. Acá el financiamiento es costoso y no necesariamente sigue los plazos de la empresa. Eso tenemos que corregir.
Ya estamos dando pasos hacia financiamientos afuera, pero ese es todavía uno de los frenos con los que contamos.