Una iniciativa de Florida daría en noviembre a los votantes la facultad de impedir toda expansión del juego en casinos, una medida que algunos sostienen bloquearía de manera efectiva los prolongados y costosos intentos de las compañías de juego de expandirse en el estado.
De aprobársela, la tercera enmienda de la Constitución de Florida exigiría un 60% de apoyo en todo el estado para el establecimiento de nuevos casinos.
Ese límite protegería la hegemonía local de la tribu semínola de Florida, que opera locales de juego en el marco de una ley federal que lo permite, y del gigante de entretenimiento Walt Disney Co. Juntos, Disney y los semínolas han aportado alrededor de US$ 36 millones para impulsar la medida.
“La tribu semínola de Florida trata de comprar un monopolio”, dijo Dan Adkins, que preside Ciudadanos por la Verdad Sobre la Tercera Enmienda, un comité político que combate la medida y que cuenta con fondos de, entre otros, casinos e hipódromos. “Todos sus argumentos son interesados”.
En realidad, los argumentos de ambos sectores están mezclados con los intereses de las empresas que financian sus campañas. De hecho, el propio Adkins trabaja en el Big Easy Casino de Hallandale Beach, Florida, una pista de carreras de galgos rebautizada hace poco que ofrece opciones de apuestas que le gustaría expandir.
Entre otros oponentes se cuentan MGM Resorts International, los Tampa Bay Buccaneers de la National Football League y una compañía de producción de césped –South Florida Sod Farm LLC- que comparte un domicilio con los Miami Dolphins.
Los equipos de fútbol declinaron hacer declaraciones sobre si su oposición a la enmienda tenía alguna relación con un fallo de la Suprema Corte de los Estados Unidos de mayo que allanó el camino para que los estados legalizaran las apuestas deportivas dentro de su jurisdicción.
Dinero de Disney
La campaña por el “sí” cuenta con la importante ventaja del aporte de dinero empresarial. Disney ha gastado US$ 20 millones en respaldar la iniciativa, en comparación con un total de aproximadamente US$ 7 millones del comité de Adkins y alrededor de US$1 millón de otro grupo opositor, Vote NO on 3.
Los esfuerzos de Disney y sus aliados parecen generar una ventaja. En una encuesta de la Cámara de Comercio de Florida realizada entre el 19 y el 24 de setiembre, el 54% de los consultados contestó que planeaba votar por el “sí”, un 28% se inclinaba por el “no” y un 18% estaba indeciso. La encuesta tiene un margen de error de 4.4 puntos porcentuales. La Cámara de Florida apoya la medida.
Las cifras distan de ser concluyentes, sin embargo, porque la medida necesita contar con un 60% de aprobación.
De tener éxito, la medida pondría otro obstáculo a la expansión del juego, lo que lleva a las compañías a hacer una activa campaña en busca de la aprobación del 60% de los votantes. Eso protegería el estilo de Disney del turismo en Florida, al tiempo que mantendría la hegemonía de la tribu semínola en el sector del juego.