El último estudio elaborado por Grade –de junio de 2018– revela una realidad que continúa intacta: el 63% (6 de cada 10) escuelas privadas en Perú tienen una pensión de menos de S/ 200 y el 25% una pensión entre S/ 201 y S/ 400.
Apenas el 12% de los colegios privados a nivel nacional tienen una pensión que supera los S/ 400.
La heterogenidad de la oferta educativa también se refleja –da cuenta Grade– en el rendimiento de los alumnos de las escuelas privadas.
Así, la pesquisa descubrió que apenas el 12% de los alumnos del segundo grado de secundaria de los colegios de menor costo (conocidos como de subsistencia) tienen un nivel satisfactorio de rendimiento en matemáticas.
Este porcentaje dista del 32% de alumnos de escuelas privadas de mayor costo con un rendimiento satisfactorio. (Ver cuadro)
Otra dato que revela la situación de las ‘escuelas de subsistencia’ es que el 47% de los promotores de estos colegios cuenta con un plan de negocios (posterior o a partir del inicio de las operaciones); mientras que esto sucede con el 67% de promotores en escuelas de mayor costo: lo que evidencia que en las segundas hay una mayor planificación e incluso dedicación en la elaboración de la currícula escolar y en la selección de los profesores.
La principal estrategia de las escuelas de bajo costo para atraer a los padres de familia son el precio de la pensión y la matrícula; a lo que se agrega los cursos de computación; la ubicación en zonas con poca oferta educativa y la opción de adelanto de grado educativo.
La indagación de Grade también da cuenta que en las escuelas que cuestan menos, el incumplimiento en el pago de la pensión es usual y que estas escuelas suelen ser tolerantes al respecto.
Como resultado de ello, es muy común que las familias estén atrasadas uno, dos o tres meses e incluso hay casos de estudiantes que terminan el año debiendo varios meses de pensión lo que causa problemas en estos colegios siendo los docentes los principales afectados, pues el retraso provoca que la escuela demore en pagarles.
Ante el avance de las escuelas de subsistencia, ¿qué hacer? Para la investigadora principal de Grade María Balarín –una de las autoras del estudio– uno de los temas pendientes es mejorar la regulación dirigida a los colegios privados que ha sido –en opinión de la especialista– “muy difícil de trabajar”.
“El Ministerio de Educación (Minedu) ha tratado varias veces de mejorar la regulación para la escuela privada, pero lamentablemente ha sido muy complicado debido a que (la oferta de la educación privada) es muy heterogénea. Hay sectores que están mejor organizados, pero hay otros extremadamente desorganizados e informal. Cuando se ha tratado de mejorar la regulación, que es extremadamente débil, a los colegios más organizados no les ha gustado la idea, retrasándose las iniciativas ”, comentó.
Una prueba de ello es que, a fines del 2018, el Minedu presentó el proyecto de reglamento de Instituciones Educativas Privadas de Educación Básica (inicial, primaria y secundaria) que tenía como objetivo luchar contra la informalidad y estipulaba las condiciones mínimas que toda institución educativa privada debía contar para garantizar accesibilidad, seguridad, salubridad y calidad. No obstante, a octubre de 2019, la propuesta todavía no ha sido promulgada.
Uno de los temas álgidos que planteaba esta iniciativa era que los colegios privados informen al Minedu la relación de docentes en planilla, lo que generó el rechazo de estos negocios debido a que en estas instituciones una cantidad considerable de docentes se les paga fuera de planilla. “Ese tipo de cosas generó el rechazo de los proveedores privados organizados, que impidió que prospere la iniciativas regulatoria”, acotó.
Para Balarín otra acción clave –con miras a que los estudiantes de los colegios de subsistencia no pierdan el año académico– es que estos sean absorbidos por los colegios públicos. “Lo que debería ocurrir con estos niños es que haya un camino de absorción de estos estudiantes del sector público, que ofrece servicios educativos de calidad bastante mejor que lo que ofrecen los colegios privados de bajo costo, lo que implica la expansión de la oferta pública”, anotó.
Finalmente, consideró que se debe evaluar la posibilidad de crear una instancia similar a la Sunedu para supervisar las condiciones básicas de calidad en los colegios privados. “¿Si es el Minedu quién debe supervisar? Habría que evaluarse porque también en proveedor del servicio, probablemente está debe caer en manos de una instancia neutral".
-Procesos de acreditación en la educación básica-
Para el expresidente de Adecopa, Alfredo Draxl, una solución sería que desde el Estado se elaboren parámetros comunes para definir qué calidad educativa queremos en el país que implique el desarrollo intelectual, emocional, cultural, física y de valores.
“Esta educación no es barata (ya que) no se puede ofrecer en un garaje o en una casa, en ese sentido pensamos que el Estado debe colaborar con estos colegios (de subsistencia) para que puedan desarrollarse”, comentó.
Asimismo, planteó –como una solución– impulsar procesos de acreditación similares a la que se están desarrollando en la educación universitaria, a través del Sunedu. “Se deben impulsar procesos de acreditación en la educación básica, los mismos que deben ser abiertos, que las escuelas tengan hasta 5 sistemas de acreditación a las cuales aplicar, lo que va a dar una idea de que aquellas escuelas acreditadas, tienen estándar de calidad”, manifestó a Gestión.pe
¿Qué pasaría con los colegios de bajo costo que no pasen la acreditación/licenciamiento? Al respecto, dijo que no ve como una salida, cerrarlas. “El Estado y la misma comunidad tendrían que darle apoyo técnico en capacitación para llegar a niveles de calidad óptimos. Hay que sacar a esas escuelas de donde están ya que no son colegios privados como tal y tampoco son públicos”, precisó.
También calificó como clave dotar de mayor información a los padres de familia sobre la oferta educativa que ofrecen las escuelas públicas y que incluso puede llegar a ser superior –como lo muestran las estadísticas líneas arriba– que la que ofrece un colegio de subsistencia, para que opten por esta alternativa de educación. “Un alumno de calidad no es aquel que responde bien una prueba, sino aquel que es creativo, crítico y sabe trabajar en equipo, entre otros”.
Comentó, en ese contexto, que se debería replantear la forma en que las universidades evalúan a los postulante, dejando de lado las pruebas de conocimiento que no son una garantía de calidad educativa. “Existen otros mecanismo para captar a los mejores alumnos: por ejemplo aquellos que tienen una historia de rendimiento positivo”, sostuvo.
Ello a fin de reducir la amplia brecha que existe entre el tránsito de un colegio a una universidad, y que lleva a los estudiantes a pasar por una academia preuniversitaria para prepararse para el examen de admisión.
Dato: Los directores de escuelas públicas y privadas plantearán propuestas para mejorar el desarrollo de la docencia en Perú durante la VII Conferencia Anual de Directores del Perú, a desarrollarse el jueves 24 de octubre.