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Bloomberg
Pronto, los bancos japoneses probablemente no seguirán siendo los baratos en el mundo.

El control de la curva de rendimiento realizado por el banco central de la nación ha causado un daño duradero. Los datos compilados por Bloomberg sobre instituciones financieras con una capitalización bursátil de US$ 10,000 millones o más muestran que los bancos japoneses son las mayores trampas de valor, y se cotizan a tan solo 0.69 veces su valor, a pesar de tener un rendimiento promedio de 5.7% sobre el capital.

De acuerdo, los alemanes Deutsche Bank AG y Commerzbank AG son más baratos, pero apenas generan ganancias para los accionistas. Incluso las entidades financieras chinas, plagadas de deudas incobrables, se negocian al valor contable.

Y no lo olvide, los bancos japoneses están sentados sobre una montaña de oro. Los tres más grandes, Mitsubishi UFJ Financial Group Inc., Mizuho Financial Group Inc. y Sumitomo Mitsui Financial Group Inc., podrían, en conjunto, haber realizado más de 7 billones de yenes (US$ 63,000 millones) en ganancias de capital si hubieran vendido sus acciones a fines de septiembre.

Eso es cerca del 30% del valor de mercado de los tres, y esa ganancia extraordinaria sería mayor ahora, después del aumento del 13% que ha registrado el Topix desde entonces.

Las tasas de interés negativas han obligado a los bancos a buscar nuevas formas de ganar dinero. Desde que el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, asumió el cargo hace cinco años, los costos de los préstamos han disminuido de forma sostenida; las tasas de interés promedio de los préstamos contratados eran de 0.95% en noviembre, los últimos datos disponibles. Mientras tanto, la tasa de gastos promedio de los bancos, definida como gastos de operación sobre activos, es de aproximadamente 0.6%.

Una solución obvia sería reducir los gastos generales. Pero como escribió mi colega Nisha Gopalan, los megabancos de Japón no están despidiendo trabajadores lo suficientemente rápido, en parte porque los recortes de empleos siguen siendo un área delicada en Japón. No tienen mucho espacio para maniobrar allí.

Cualquier sugerencia, por lo tanto, de que el banco central pueda estar invirtiendo sus políticas es suficiente para poner las acciones en movimiento. El martes, el Banco de Japón redujo inesperadamente las compras de bonos del gobierno japonés, lo que provocó un aumento en los rendimientos y rumores de “stealth tapering” (disminución cautelosa).

Incluso si el Banco de Japón no ajusta oficialmente sus políticas este año, como lo predice Morgan Stanley, puede ralentizar las compras netas de bonos del gobierno. JPMorgan Chase & Co. y Deutsche Bank están en el otro bando, y sostienen que el banco central reducirá las compras de bonos a 40 billones de yenes en 2018.

De cualquier forma, los bancos obtendrían algún respiro, y los mercados los han estado alentando.

Cualesquiera que sean los pronunciamientos de política, el objetivo de inflación actual es ridículo, como he argumentado. Las tendencias deflacionarias están afectando a las economías globales desde Estados Unidos hasta China, entonces ¿por qué Kuroda cree que Japón puede alcanzar un 2% de inflación, cuando el nivel actual es del 0.9% y la economía está en pleno empleo?

Sin duda, todavía no estamos en el punto de ruptura de la política. Se entiende ampliamente que la postura oficial de "alrededor del cero por ciento" significa que el banco central está dispuesto a tolerar movimientos entre el 0,1 por ciento negativo y positivo, una banda de negociación que no ha sido traspasada desde julio. Pero si los bonos del Tesoro de EE.UU. suben, Kuroda volverá a estar en el banquillo.

En un discurso de noviembre, el propio Kuroda habló sobre el impacto negativo de sus políticas. Señaló la posibilidad de "tasas de reversión", un entorno en el que los bancos no prestarán porque no implica ningún beneficio. De hecho, si yo fuera un banquero japonés, evitaría un margen de interés neto medido en puntos básicos y usaría mi enrome fajo de dinero para comprar algunos activos dulces de Indonesia o India.

Desde que Kuroda asumió el cargo hace cinco años, las acciones bancarias han tenido un desempeño inferior al del mercado general en más de 50 puntos porcentuales. Es hora de que cobren vida nuevamente.