El Banco Mundial actualizó el Diagnóstico Sistémico País del Perú realizado en el 2017. A diferencia de hace cinco años, la situación del país es más compleja, pues además de no haber resuelto los problemas que tenía, la institucionalidad estatal se ha debilitado.
Esta actualización del diagnóstico del país sostiene que la causa fundamental del progreso limitado para abordar los dos desafíos -desarrollo de la baja productividad y disparidades territoriales-, identificados hace cinco años, es la capacidad débil y el declive de las instituciones públicas.
Esta debilidad institucional se refleja no solo en el Poder Ejecutivo, sino también en el Congreso de la República.
El documento del Banco Mundial refiere que en el Parlamento hay una alta fragmentación política, que se traduce en una crisis de representatividad.
En el Gobierno, es el cortoplacismo el que prevalece, ya que los cambios de ministros (68 en poco más de un año) afectan la coordinación efectiva y la implementación de políticas públicas.
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Entorno empresarial
Para el Banco Mundial, la inestabilidad política del Perú está desincentivando la inversión del sector privado.
“Las frecuentes reorganizaciones del gobierno y del gabinete que han tenido lugar en los últimos cinco años han dificultado que Perú presente una agenda de reforma integral para abordar los desafíos estructurales del país, incluida su rígida situación laboral”, refirió la entidad.
Las encuestas realizadas por el organismo revelan que la mayoría de las empresas peruanas citan la regulación laboral como un factor que obstaculiza el desarrollo y el crecimiento empresarial.
Los datos de la multilateral muestran que el Perú es uno de los tres países de América Latina con los costos no salariales más altos, solo superado por Argentina y Brasil.
Próximamente, el Banco Mundial publicará el diagnóstico del sector privado del Perú. Se adelanta que en este documento se identifican las principales oportunidades y barreras para la inversión privada, entre las cuales, precisamente están en primer lugar las regulaciones rígidas y costosas del mercado laboral.
Esta regulación rígida amplía la brecha de calidad entre los trabajos formales en las grandes empresas productivas y los trabajos informales en las micro y pequeñas empresas, y entre los trabajadores agrícolas temporales.
En segundo lugar, aparecen los problemas de ineficiencia en el mercado de tierras, mientras que en tercer lugar se enfatizan los procedimientos ineficaces de salvaguardias ambientales y sociales en los proyectos de inversión y la regulación del sector, que ofrecen una protección ambiental y social limitada al tiempo que obstaculizan las inversiones.
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MEF y BCR: “Islas de efectividad”
Para el Banco Mundial, las instituciones estatales que se ocupan de la gestión macroeconómica y financiera han sido resistentes a la reciente inestabilidad institucional y son reconocidas como eficientes.
Instituciones macrofiscales clave, como el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)y el Banco Central de Reserva (BCR), se han mantenido en gran medida inmunes a la crisis política en “islas de efectividad”, explicadas en cierta medida por la alta capacidad y continuidad del personal de carrera con experiencia.
“Como resultado, los fundamentos de la política macroeconómica y fiscal no han sufrido un cambio radical y el país parece estar volviendo a las tasas de crecimiento anteriores a la pandemia. Sin embargo, el desempeño de las instituciones macrofiscales clave no ha permeado a otros sectores y niveles del estado”, refirió el informe.