La reprogramación de créditos no es la única alternativa que tienen los deudores del sistema financiero que enfrentan problemas con el pago de sus obligaciones. Otros mecanismos disponibles son el refinanciamiento y la reestructuración de préstamos con atrasos.
En el contexto de crisis generada por la pandemia, las entidades financieras están flexibilizando los requisitos para acceder a operaciones de refinanciamiento, señalaron ejecutivos del sector.
Los créditos refinanciados por los bancos sumaron S/ 5,578.1 millones a noviembre del 2020, con un crecimiento de 34% frente a noviembre del 2019, según datos de la SBS. Los préstamos reestructurados, en cambio, disminuyeron en ese mismo periodo a S/ 755,717.
Cambios
Los refinanciamientos implican cambios en los contratos originales de los créditos, ya sea en montos, plazos y/o tasas de interés, detalló la Asociación de Bancos (Asbanc).
A diferencia de las reprogramaciones, que se extendieron a los deudores que hasta antes de la pandemia no tenían problemas de pago, las refinanciaciones se otorgan a personas o empresas con más de 30 días de atrasos.
“Un deudor, después de 30 días de incumplimiento, ya no podría acceder a una reprogramación, pero si tiene capacidad y voluntad de pago puede calificar a un refinanciamiento”, afirmó a Gestión Sergio Urday, jefe de información económica y del sistema financiero de Asbanc.
La mayor parte de créditos que se está refinanciando presentaba problemas antes de marzo y también provienen de deudas reprogramadas, que pese a las facilidades y periodos de gracia no pudieron cumplir con sus cronogramas de pago, dijo Urday.
Según el tipo de préstamo, las entidades financieras pueden refinanciar deudas con hasta 90 o 120 días de impagos. Pasado ese periodo, queda claro que no hay voluntad de pago del cliente y su crédito pasa a calificarse como pérdida, dijo el experto.
Negociar
“Pueden venir con dos o tres cuotas vencidas. Es mejor negociar con el cliente, buscar un punto medio para refinanciar que entrar a un conflicto de cobranza judicial, que es muy largo y costoso”, sostuvo Walter Rojas, gerente central de negocios de Caja Cusco.
Tanto los clientes con problemas de pago, a quienes les interesa preservar su récord crediticio, como las instituciones financieras, que buscan mantener sus créditos vigentes, están impulsando el crecimiento de los refinanciamientos, refirió un ejecutivo de la banca que prefirió el anonimato.
En tal sentido, bancos, cajas y financieras han venido flexibilizando los requerimientos para acceder a la refinanciación, indicaron los entrevistados.
Urday precisó que, si bien la magnitud de las flexibilizaciones depende de cada banco, se ha visto que el porcentaje de amortización del crédito vencido que se exige al deudor para refinanciar el saldo restante es menor.
Capital
Rojas detalló que antes de la pandemia se pedía el pago de al menos 10% del capital más intereses moratorios y compensatorios. Ahora ese porcentaje se ha reducido a 5% o 2%, e incluso las entidades más grandes están refinanciando hasta el 100% del capital de la deuda, añadió.
Al refinanciarse un préstamo, el deudor que tiene calificación normal automáticamente pasa a calificación con problema potencial (CPP), lo que implica mayor riesgo. Sin embargo, las instituciones financieras están manteniendo las tasas de interés para esta operación. Hay casos en los que incluso se baja dicha tasa a casi cero. Por ejemplo, de 10% o 15% a 0.5%, acotó Urday. Además, se está ampliando el plazo de pago para que la cuota mensual sea menor. “Por ejemplo, si tenías 36 meses de plazo, hoy se va hasta cinco años”, dijo Rojas.
Nuevos préstamos
La idea no es castigar a la persona que dejó de pagar y que salga del sistema financiero, sino darle las mayores facilidades para que reanude sus pagos, no pierda su acceso a crédito y regrese a categoría normal, señaló Urday.
Rojas destacó que pese a la coyuntura, a un deudor con refinanciación y con calificación CPP se le están dando nuevos préstamos. “Si paga seis meses consecutivos regresa a su calificación normal”, dijo.
La refinanciación también es positiva para las instituciones financieras. Evita que pasen a pérdida los créditos, lo que implicaría hacer provisiones por el 100% de la deuda, gasto que al final las obligaría a exigir más capital a sus accionistas, indicó un banquero.