El acariciado sueño de producir cerezas en el Perú tendrá muchas más posibilidades de cumplirse con la inminente autorización del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) para importar la planta del cerezo tanto de los Estados Unidos como de Chile.
Diversos expertos han señalado el gran potencial que tendría el Perú para el cultivo y la exportación de las cerezas, si se diera con la variedad y la ubicación geográfica idóneos para su producción en el país. Hasta la fecha, unas 10 empresas están realizando pruebas con este cultivo en el territorio nacional, pero todavía no se han obtenido resultados concluyentes.
Según el consultor internacional en agronegocios y fruticultura Odilo Duarte, un gran factor limitante ha sido la prohibición de importar esta planta desde los Estados Unidos y, últimamente, Chile, lo que impedía realizar las pruebas necesarias para hallar la variedad de cerezo que mejor se adaptara a las condiciones del Perú.
Orlando Dolores, director de la Sub Dirección de Cuarentena Vegetal del Senasa, informó que en aproximadamente un mes se levantaría la prohibición para importar plantas y material de propagación de Chile, que se había establecido a fines de 2018 al detectarse entre ocho y 10 virus en ellas. Dichos virus podían afectar otros cultivos del país.
“Hemos puesto unas condiciones para asegurarnos de que no nos enviarán plantas con estos virus. Chile tiene que cumplir con estas condiciones y la semana pasado ellos ya nos comunicaron que aceptan nuestras exigencias. Entonces, no creo que pase un mes para que se pueda importar desde allí”, indicó a Gestion.pe.
Estas gestiones las viene realizando Senasa con sus homólogos del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile, así como con el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS) de los Estados Unidos. Así, el funcionario estimó que en unos dos meses también se podría importar la planta del cerezo desde dicho país norteamericano.
“Estamos negociando con los Estados Unidos la importación de plantas de cerezo, porque entendemos que hay una necesidad de los productores peruanos de sembrar cerezo”, manifestó.
Los productores nacionales también se encuentran autorizados para importar esta planta desde Israel, sin embargo no se han registrado recientes operaciones de compra a dicho destino, por contar solo con plantas muy jóvenes de variedades tradicionales, que no han tenido éxito en el Perú.
Se abren posibilidades
“Nos cambia la vida, porque hasta ahora no se ha podido hacer buenas pruebas, justamente porque no se podía traer el material y probarlo, manifestó Odilo Duarte al tomar conocimiento de que el Senasa estaría próximo a autorizar la importación de estas plantas desde los mencionados países.
Al autorizarse la importación del cerezo de ambos países –cada uno de los cuales cuenta con diversas variedades- se podría hacer pruebas con más variedades y se abre la posibilidad de que muchas más agroindustriales las realicen, tal y como ocurrió con los arándanos, lo que permitió su despegue en el país.
Pero el futuro del cerezo en el Perú todavía es incierto, porque se debe investigar varios aspectos como la ubicación de las plantaciones, variedades más adecuadas, patrones, densidades, entre otros. La planta tarda normalmente de dos a tres años en florecer y recién en cuatro o cinco años se sabrá si los resultados permitirán su producción y comercialización rentable. A los siete u ocho años la planta será adulta y podrá rendir en los niveles máximos esperados.
Los cultivos de cerezo necesitan muchas horas de frío en invierno y este es el principal obstáculo para cultivarlos en la costa, donde se concentran las principales agroindustriales exportadoras. Por ello, en ciudades de la costa y en las quebradas sería necesario probar con variedades que requieran menos frío invernal, que existen en los Estados Unidos. En tanto, se podría probar con las variedades tradicionales en ciudades como Cusco y Cajamarca, donde hace un frío más intenso.
Por otra parte, el experto sostiene que otro factor importante para el éxito de esta fruta en el Perú será el periodo en el que se dé la cosecha. Lo ideal sería que coincidiera con la ventana comercial de setiembre a noviembre, en la que no hay cerezas en ninguna parte del mundo y que se ubica justo antes del inicio de la campaña chilena. Cabe señalar que Chile es el primer exportador mundial de cerezas, seguido por los Estados Unidos, y tiene como principal mercado a China.
“Tenemos que apuntar a vender a China y los países del hemisferio norte. Ojalá salgamos en una época distinta a Chile. Es probable que la calidad de la cereza chilena sea mejor, por ser de variedades cuyos frutos toman más tiempo para desarrollar que las actuales variedades de menos requerimiento de frío. Es algo que no sabemos todavía”, agregó Duarte.