Desde la carne en Tokio hasta los filetes de pollo en Londres, los consumidores están comenzando a sentir el impacto del aumento de los costos que sufre la economía mundial.
El repunte en la actividad económica tras las restricciones impuestas por el coronavirus expuso la escasez en toda la cadena de suministros. Las empresas no están encontrando trabajadores, barcos ni combustible, lo que amenaza una recuperación incipiente.
El mayor productor avícola de Gran Bretaña advirtió que los 20 años de comida barata en el país estaban llegando a su fin y que la inflación de los precios de los alimentos podría subir a dos dígitos.
La quinta economía más grande del mundo enfrenta una grave escasez de almaceneros, camioneros y carniceros, lo que exacerba las tensiones de la cadena de suministro global.
“Los días en los que se podía alimentar a una familia de cuatro con un pollo de 3 libras (US$ 4) están llegando a su fin”, dijo Ranjit Singh Boparan, propietario de 2 Sisters Group, en un comunicado.
Incluso en Japón, donde el crecimiento débil implica que los precios de muchas cosas, incluidos los salarios, no han subido mucho en décadas, los consumidores y las empresas se enfrentan a un choque de precios para productos básicos como el café y carne.
La inflación subyacente al consumidor de Japón sólo dejó de caer en agosto, rompiendo una racha deflacionaria de 12 meses. Economistas y encargados de las políticas esperan ver los recientes aumentos de precios reflejados en los datos oficiales en los próximos meses.
En Estados Unidos, el presidente Joe Biden instó el miércoles al sector privado a ayudar a aliviar los bloqueos de la cadena de suministro que amenazan con interrumpir la temporada navideña de Estados Unidos.
Frente frío
Con el invierno acercándose en algunas partes del mundo, las perspectivas parecen oscuras a medida que disminuyen los suministros de energía.
Con el tiempo frío en el norte de China, los precios del carbón se mantenían cerca de máximos históricos, en medio de una crisis energética que está impulsando una inflación sin precedentes en las fábricas de la segunda economía más grande del mundo.
La creciente crisis energética de China, causada por la escasez de carbón, los altos precios del combustible y el auge de la demanda industrial posterior a la pandemia, ha detenido la producción en numerosas fábricas, incluidas muchas que suministran a grandes marcas mundiales como Apple.
Los elevados precios de la energía llevaron a que la inflación en las fábricas de China alcanzara su nivel más alto en al menos 25 años en setiembre, aunque la debilidad de la demanda limitó la inflación al consumidor.
Hasta ahora, hay pocas señales de un alivio en los costos de la energía, con un alza en los precios del petróleo el jueves tras una caída mayor a la esperada en las existencias de gasolina y destilados de Estados Unidos.
El aumento también se vio respaldado por las expectativas de que, a medida que se acerca el invierno, los altos precios del gas natural impulsarán un cambio al petróleo para satisfacer la demanda de calefacción.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) dijo que se espera que la crisis energética impulse la demanda de petróleo en medio millón de barriles por día (bpd) y que podría avivar la inflación y ralentizar la recuperación mundial de la pandemia.
En Alemania, los principales institutos económicos del país recortaron su pronóstico conjunto para el crecimiento del 2021 en la economía más grande de Europa a 2.4% desde 3.7% por los cuellos de botella en el suministro que obstaculizan la producción.
En respuesta a la crisis de los precios de la energía, la Casa Blanca ha estado hablando con los productores de petróleo y gas de Estados Unidos para ayudar a reducir los crecientes costos del combustible, dijeron a Reuters dos fuentes familiarizadas con el asunto.
En Estados Unidos, el costo minorista promedio de un galón de gasolina está en un máximo de siete años, y se espera que aumenten los costos de combustible durante el invierno boreal, según el Departamento de Energía. La producción de petróleo y gas se mantiene por debajo del pico nacional alcanzado en el 2019.
La empresa holandesa de navegación y cartografía digital TomTom advirtió que los problemas de la cadena de suministro en el sector automotor podrían durar hasta la primera mitad del 2022 después de que informara una pérdida central trimestral mayor de lo esperado.
La producción de automóviles se ha visto afectada por una escasez mundial de semiconductores, lo que ha obligado a los fabricantes de automóviles que aún se están recuperando de las interrupciones del coronavirus a detener la producción nuevamente.