Los retos que existían antes de la pandemia se vuelven más apremiantes, y tenemos que enfrentarlos desde una posición bastante más precaria que en la situación prepandemia. No confundamos el crecimiento del 2021, que podría estar en alrededor de 10%, con una recuperación de la economía sostenida en el tiempo.
Además, las tasas de crecimiento fueron cediendo, incluso antes del covid-19: teníamos una tasa de crecimiento potencial de 3% en el mejor de los casos; y el crecimiento de la economía en el 2019 fue 2.2%, la menor tasa desde 2009. La pregunta es ¿cuál es nuestro potencial después? Nada sugiere que sea mayor al anterior y tenemos menos grado de maniobra.
Nuestro reto de retomar no solo un crecimiento sostenido más alto, sino que permita políticas más inclusivas, sociales, productivas, que generen mayor redistribución está condicionado por cuánto podemos crecer, y también qué mecanismos tenemos para un crecimiento más balanceado.
Otro reto es seguir reduciendo la dependencia. La dependencia de la economía peruana de factores externos explica más de la mitad del crecimiento y podemos descomponerlo donde el factor más importante son los precios de las exportaciones. Sí, nos ayudan los precios (internacionales), que la tasa de interés internacional sea baja, esto nos da oxígeno para sanear cuentas fiscales, reordenar prioridades, impulsar reformas, pero tenemos que aprovecharla teniendo en cuenta que no sabemos cuánto va a durar.
Necesitamos mayores ingresos del sector público y mejorar la calidad de gasto para dar una mejor provisión de bienes públicos. Van a escuchar que el Estado peruano es “elefantiásico”, pero en realidad es enano.
Entonces, un imperativo es elevar la recaudación; la baja recaudación responde a un problema de productividad que genera informalidad en el campo tributario y se plasma en evasión y elusión. Entonces, la agenda si bien puede incluir gravar actividades que no están adecuadamente gravadas, en realidad los temas no son de tasas, sino el combate a evasión y elusión, una parte con fiscalización y otra teniendo una agenda de desarrollo productivo.
Sobre el tema fiscal, hemos comprometido nuestra liquidez de corto plazo y tenemos menos capacidad de respuesta. Por qué creen que el nuevo ministro de Economía ha tenido que salir en menos de tres meses a hacer dos emisiones de bonos, no es porque le encante salir a los mercados, sino porque lo dejaron con una mano atrás y otra adelante. Lo primero es que hay que restaurar las reglas fiscales, las autoridades no pueden esperar.