En el entorno laboral actual, donde la competencia es cada vez más feroz y las empresas buscan optimizar sus recursos, ser un empleado valioso puede marcar una diferencia significativa en tu estabilidad laboral. Una experta en recursos humanos, con 20 años de experiencia en el ámbito del derecho laboral y en la formación de directivos, ha identificado cuatro rasgos clave que aumentan las probabilidades de que los trabajadores sean retenidos incluso en tiempos difíciles. Estas características no solo te hacen destacar, sino que también te convierten en un empleado que la empresa hará lo posible por conservar.
Ashley Herd, fundadora y consejera delegada de Manager Method, ha observado cuatro rasgos comunes en los buenos empleados durante el tiempo que lleva trabajando en recursos humanos. A continuación en Gestión Mix, te explicamos cuáles son estos rasgos y por qué pueden ser decisivos para mantener tu empleo.
1. Eres fiable
La fiabilidad es uno de los valores más apreciados en el mundo laboral. Ser un trabajador en quien se puede confiar significa que siempre cumples con los plazos, respetas los compromisos y haces lo que dices que harás. Tu jefe no tiene que estar persiguiéndote para saber si has completado una tarea, porque simplemente sabe que lo harás.
Si eres esa persona que entrega los proyectos a tiempo, que se responsabiliza de su trabajo y que cumple con las expectativas, es mucho más probable que tu empresa haga todo lo posible para mantenerte en su equipo. La confianza y consistencia son cualidades difíciles de encontrar, y aquellas personas que las poseen suelen ser las más valoradas.
2. Eres un buen comunicador
La capacidad de comunicarte de manera efectiva también puede salvar tu puesto de trabajo. Ser un buen comunicador no solo implica hablar claro, sino también saber escuchar, hacer preguntas adecuadas y asegurarte de que todos están alineados con los objetivos. Un buen comunicador no espera a que los problemas se acumulen; actúa de forma proactiva, informa sobre los desafíos que enfrenta y busca soluciones con antelación.
En un entorno laboral, la comunicación fluida y abierta es clave. Si eres capaz de comunicarte bien con tu jefe y tus compañeros, serás percibido como alguien indispensable. La claridad en la comunicación evita malentendidos y mejora la colaboración, lo que te posiciona como un activo para la empresa.
3. Solucionas problemas
Las empresas valoran enormemente a los empleados que no solo identifican problemas, sino que también ofrecen soluciones. Ser capaz de resolver problemas demuestra iniciativa, creatividad y capacidad de liderazgo, cualidades que cualquier organización querrá mantener.
Por ejemplo, si te enfrentas a una situación complicada, no te limitas a señalar lo que no está funcionando. En su lugar, propones alternativas y haces lo posible por encontrar una salida. Esto te convierte en un empleado valioso, porque no solo traes problemas a la mesa, sino que también contribuyes a resolverlos. Este enfoque proactivo puede marcar la diferencia cuando se trata de tomar decisiones difíciles sobre quién se queda y quién se va.
4. Eres un gran jugador de equipo
Trabajar bien en equipo es una habilidad esencial en cualquier ambiente laboral. Ser un jugador de equipo no solo significa colaborar con los demás, sino también ser alguien con quien las personas disfrutan trabajar. Cuando muestras un interés genuino por tus compañeros y creas un ambiente de apoyo mutuo, facilitas el trabajo conjunto y mejoran los resultados colectivos.
Los equipos bien integrados son más productivos, y los jefes notan quiénes son las personas que ayudan a crear ese entorno positivo. Ser una persona con la que los demás quieran trabajar aumenta tus posibilidades de mantenerte en la empresa, ya que no solo aportas a nivel individual, sino que contribuyes al éxito del grupo.
Aunque tengas estos rasgos....
A pesar de poseer estos cuatro rasgos, es posible que tu puesto sea eliminado debido a circunstancias ajenas a tu control, como decisiones corporativas o ajustes presupuestarios. En ocasiones, estas decisiones son tomadas por los inversores o los directivos que solo miran los números, lo que deja a los líderes inmediatos sin poder para retenerte.
Sin embargo, estos rasgos te darán una ventaja significativa, ya que te convierten en un empleado que los jefes lucharán por mantener. Aunque no siempre tengan la última palabra, muchas veces escuchamos frases como: “Haríamos cualquier cosa por mantener a esta persona, pero no podemos”. Esto muestra que, incluso cuando las decisiones son difíciles, ser un trabajador valioso a los ojos de tus superiores siempre será un factor positivo.