Según un estudio realizado por el Servicio Sismológico Nacional (SSN), México se encuentra entre los países con mayor actividad sísmica del mundo. La razón se debe a su ubicación geográfica en cinco placas tectónicas: Placa del Caribe, Placa del Pacífico, Placa de Norteamérica, Placa la Rivera y Placa de Cocos. En ese contexto, te comparto el reporte oficial de la mencionada entidad con datos claves como la hora exacta, el lugar del epicentro, la profundidad y la magnitud de estos movimientos telúricos desde los estados de Ciudad de México (CDMX), dónde se registran los misteriosos “Microsismos”, Chiapas, Colima, Guerrero, Baja California, Jalisco, Michoacán, entre otros.
En este artículo podrás revisas las indicaciones preventivas que ofrece el gobierno de la nueva presidenta mexicana Claudia Sheinbaum Pardo y el resto de autoridades competentes para estar preparados ante un eventual caso de emergencia. Recuerda conservar la calma y transmite un mensaje de tranquilidad hacia tus amigos y familiares en el momento que ocurra el temblor. Prepara una mochila de emergencia con alimentos, ropa y un botiquín de primeros auxilios.
Consulta el reporte oficial del Servicio Sismológico Nacional sobre los últimos temblores en México confirmados hoy, viernes 18 de octubre, desde los estados de Chiapas, Colima, Guerrero, Oaxaca, entre otros. Estos datos que mostraremos a continuación son corroborados por el Centro de Instrumentación y Registros Sísmico (CIRES), Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y el sistema de alerta sísmica SASMEX.
Cuando ocurre un sismo de magnitud considerable, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura están sujetas a un reacomodo. Durante este proceso se genera una serie de sismos en esta zona conocidos como Réplicas, las cuales son de menor magnitud y pueden ocurrir minutos, días y hasta años después del evento principal. El número de estas réplicas puede variar desde unos cuantos sismos hasta cientos de eventos.
Al propagarse la ondas sísmicas provocan el movimiento del suelo por donde pasan. Para registrar estos movimientos se utilizan equipos denominados sismógrafos o acelerógrafos, cuyo principio de operación, basado en la inercia de los cuerpos, consiste de una masa suspendida por un resorte que le permite permanecer en reposo por algunos instantes con respecto al movimiento del suelo. Si se sujeta a la masa suspendida un lápiz que pueda pintar en un papel pegado sobre un cilindro que gira a velocidad constante, se obtiene así un registro del movimiento del suelo o sismograma.
Los sismógrafos modernos utilizan este mismo principio de operación, solo que para su implementación utilizan componentes mecánicos y electrónicos para obtener una senal eléctrica proporcional al movimiento del suelo, la cual puede almacenarse en forma local o ser transmitida por algún medio de comunicación (teléfono, radio, satélite) hasta un centro de adquisición.
Desde su entrada en operación, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) ha detectado más de 12, 484 sismos y alertado solo 185 movimientos telúricos hasta julio del 2024.
Un sismo contiene ambos tipos de movimiento en todo momento. Las ondas sísmicas se propagan en todas direcciones, provocando el movimiento del suelo tanto en forma horizontal como vertical. En los lugares cercanos al epicentro, la componente vertical del movimiento es mayor que las horizontales y se dice que el movimiento es trepidatorio. Sin embargo, al ir viajando, las componentes de las ondas sísmicas se atenuan y al llegar a un suelo blando, como el de la Ciudad de México, las componentes horizontales se amplifican y se dice que el movimiento es oscilatorio.
Hasta hoy, no existe una técnica que permita predecir los sismos. Ni los países como Estados Unidos y Japón cuya tecnología es muy avanzada, han sido capaces de desarrollar una técnica predictiva de temblores. Dado que vivimos en un país con gran actividad sísmica la única certeza que tenemos es que tiembla constantemente y que debemos estar preparados. Ante cualquier evento sísmico lo único que nos puede ayudar es la prevención.
La magnitud e intensidad son dos conceptos que, si bien están relacionados entre sí, a menudo suelen confundirse. La magnitud es una medida del tamaño de un sismo que tiene relación con la cantidad de energía liberada en forma de ondas elásticas. Se puede considerar como el tamaño relativo de un sismo y entrega un valor único para dicho evento.
En cambio, la intensidad es una medida de los efectos producidos por un sismo en personas, animales, estructuras y terreno en un lugar particular. Existen varias escalas de intensidad. En Chile se utiliza la Escala de Intensidades de Mercalli Modificada (NCh3 of.61). En esta escala, los valores de intensidad se denotan con números romanos que clasifican los efectos sísmicos con doce niveles ascendentes en severidad. La intensidad no solo depende del tamaño del sismo (magnitud) y de la fuerza del sismo (aceleración), sino que también de la distancia epicentral, la geología local, la naturaleza del terreno y el tipo de construcciones en el lugar. Para un mismo temblor habitualmente se reportan varias intensidades las que, en general, decrecen a medida que la distancia epicentral aumenta.
Ocurren por la liberación violenta de energía acumulada en rocas del interior de la Tierra. La principal causa de esta acumulación de energía en la litósfera ocurre por los esfuerzos y deformaciones asociados a la interacción de placas tectónicas en sus bordes activos.
Según la tectónica de placas, la litósfera se divide en numerosos fragmentos denominados “placas”, que están en continuo movimiento relativo entre ellas. Así también, éstas convergen (bordes convergentes) o se separan (bordes divergentes) o se desplazan lateralmente (bordes transformantes). Entonces, los terremotos ocurren debido al movimientos de placas.
Gran parte del territorio continental chileno se encuentra ubicado sobre la placa Sudamericana, cercano al margen convergente que la divide de la placa de Nazca. En este caso el borde es convergente, o en otras palabras, de subducción.
En esta zona de subducción, donde la placa de Nazca desliza por debajo de la placa Sudamericana, a una velocidad de 6 a 7 centímetros por año, hay sectores en donde se “traba” el movimiento, acumulando energía hasta que, finalmente, esta energía es liberada causando un terremoto.
Recopilamos datos sobre terremotos de muchas agencias diferentes y los publicamos tan pronto como una agencia informa un terremoto. A medida que llegan más datos, las agencias pueden refinar parámetros como la magnitud, la profundidad y la ubicación en particular, y realizan extensos cálculos numéricos que requieren tiempo para procesar.
Esto a menudo da como resultado una reducción de la magnitud: publicar rápidamente los datos de un terremoto es necesariamente un compromiso entre la recopilación de datos y el tiempo de procesamiento automatizado frente a la precisión, que aún requiere una revisión manual por parte de un sismólogo; Dado que se supone que es mejor sobreestimar que subestimar, las primeras magnitudes publicadas son a menudo (no siempre) ligeramente superiores a la magnitud que se puede calcular cuando haya más datos disponibles más adelante.
Normalmente, las magnitudes y otros parámetros no están bien definidos hasta aproximadamente una hora después.
Varias agencias tienen diferentes métodos y diferentes conjuntos de datos para el mismo terremoto; esto también puede dar como resultado parámetros ligeramente diferentes. Normalmente damos prioridad a una fuente de datos nacional, si está disponible, como el USGS para EE. UU., el NRCAN para Canadá, el Servicio Geológico Británico para el Reino Unido, etc.
Normalmente, los terremotos por debajo de una magnitud de 3 aproximadamente rara vez se sienten. Sin embargo, las personas pueden sentir terremotos más pequeños de magnitud 2,0 si el terremoto es poco profundo (sólo unos pocos kilómetros) y si las personas están muy cerca de su epicentro y no les molestan factores ambientales como ruido, viento, vibraciones de motores, tráfico, etc.
Un ejemplo perfecto fue un pequeño terremoto de magnitud 2,5 , que se produjo a 7,2 km debajo de Pakenham, 20 km al este de Melbourne (VIC, Australia), el 29 de julio de 2020. Un usuario informó: "Hubo un fuerte estruendo como el de un camión afuera durante unos segundos". , luego un golpe y sentí la tierra sacudirse, como si algo hubiera golpeado el cerro donde vivimos". Otro usuario informó que " sonó como un tren muy cerca de la casa".
Muchas otras personas en la misma zona también lo sintieron, la mayoría en forma de un débil ruido subterráneo y una vibración muy ligera.
Sentir terremotos de tan pequeña magnitud es bastante raro. La energía que liberó corresponde a la detonación de unos 70 kg de explosivos TNT.
Cada día, miles de personas sienten un terremoto en alguna parte. Millones de personas pueden sentir terremotos más fuertes.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante los 20 años comprendidos entre 1998 y 2017, casi 750.000 personas murieron a causa de terremotos y más de 125 millones de personas resultaron heridas, quedaron sin hogar, desplazadas o gravemente afectadas de otro modo.
En México se producen entre 40 y 50 terremotos al año, la mayoría de magnitud 5 o inferior. La mayoría de los terremotos en México se producen a lo largo de los límites de la Placa de Cocos, que está subyaciendo bajo la Placa Norteamericana.
La ubicación de un terremoto en el interior de la Tierra (también llamado hipocentro), es decir, su epicentro (punto en la superficie sobre el terremoto) junto con su profundidad bajo la superficie, se puede determinar mediante triangulación si lo han registrado al menos 3 sismómetros diferentes.
Como los instrumentos sismológicos están en la superficie o muy cerca de ella, la precisión de la latitud/longitud del epicentro es mucho mayor que la profundidad del terremoto. En casos de terremotos más pequeños o durante cálculos iniciales rápidos, la incertidumbre de la profundidad suele ser demasiado grande para dar un valor significativo. En tales casos, la mayoría de las agencias informarán "10 km" (o a veces 0) como valor típico supuesto.
Por lo tanto, al hacer listas y gráficos de terremotos, esto dará como resultado un grupo falso de terremotos a 10 km de profundidad.
Cada día, miles de personas sienten un terremoto en alguna parte. Millones de personas pueden sentir terremotos más fuertes.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante los 20 años comprendidos entre 1998 y 2017, casi 750.000 personas murieron a causa de terremotos y más de 125 millones de personas resultaron heridas, quedaron sin hogar, desplazadas o gravemente afectadas de otro modo.
La mayoría de los terremotos ocurren en o cerca de los límites de las placas tectónicas. Estos son segmentos más grandes de la corteza terrestre y el manto superior que se mueven entre sí en un movimiento de colisión, separación o lateral. Sin embargo, este movimiento no es un movimiento lento continuo, sino que se produce en pequeños pasos discretos y repentinos que con el tiempo acumulan el movimiento de la placa a gran escala.
La razón es que la fricción mantiene unidos los segmentos más pequeños y más grandes a lo largo del límite durante la mayor parte del tiempo, lo que hace que la tensión se acumule gradualmente. Cuando la tensión acumulada supera la fuerza de la roca, los dos paquetes de roca se mueven repentinamente a una nueva posición estable. Este proceso se conoce como terremoto tectónico: libera energía en forma de ondas sísmicas que provocan temblores de tierra en las áreas por encima del terremoto.
Los sismos no se pueden predecir ni con los desarrollos científicos más actuales. Hasta el día de hoy NINGUNA institución o persona es capaz de predecir la hora, fecha, lugar y magnitud de un futuro sismo. Por ello, si escuchas el rumor de un futuro sismo atiende las siguientes recomendaciones y consulta fuentes oficiales y especializadas.
El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) tiene difusión de aviso de alerta en las ciudades más vulnerables a sismos como Oaxaca, Toluca, Morelia, Cuernavaca, Chilapancingo, Acapulco, Puebla, Colima y Ciudad de México (CDMX).
Reporte de sismicidad del Servicio Sismológico Nacional correspondiente al 2024-10-15 que incluye todos los sismos localizados de magnitud menor de 4.0:
Las Ondas S (secundaria) o tangenciales, son ondas cortantes. Estas tienen un movimiento ondulatorio, que significa que el suelo es desplazado perpendicularmente a la dirección de propagación. El desplazamiento perpendicular puede ser horizontal o vertical con respecto a la dirección de propagación. Para diferenciar entre estos dos movimientos diferentes, las ondas de corte horizontales pueden referirse a las ondas SH, mientras que las ondas de corte verticales pueden denominarse ondas SV. A diferencia de la onda P, la onda S solo puede viajar a través de sólidos. Las ondas S son sentidas por casi toda la población debido a que usualmente la onda S tiene mayor amplitud que la onda P. Las ondas sísmicas viajan a diferentes velocidades, por lo que su registro en las estaciones es en diferentes tiempos. La onda P es más veloz que la onda S, las cuales viajan a la mitad de la velocidad que las ondas P. Mientras más distante se encuentra el terremoto de la estación sísmica, la diferencia entre el tiempo de llegada de las ondas P y S también aumenta. Esta diferencia de tiempo puede ser utilizada por sismólogos para ayudar a localizar dónde ocurrió el terremoto con más precisión.
Las Ondas P o longitudinales, son ondas compresionales. De todas las ondas principales estas viajan con mayor velocidad y con un movimiento de partículas de compresión y dilatación paralelas a la dirección de propagación de la onda. Estas ondas pueden viajar a través de sólidos y fluidos.
No hay conexión conocida entre las condiciones del tiempo y los temblores de tierra. Los terremotos son el resultado de los procesos físicos dentro de la tierra y pueden ocurrir durante tiempo soleado o lluvioso, verano o invierno, regiones templadas o tropicales. Los terremotos se originan a millas debajo de la tierra, fuera del alcance de las condiciones del tiempo, y los cambios en éstas, tales como presión, vientos y nubes que solo afectan la capa superficial de la Tierra.
Es la ocurrencia de un conjunto de temblores de magnitudes similares en la misma zona general, sin la ocurrencia de un evento principal de mayor magnitud. En la Red Sísmica de Puerto Rico, a menudo se detectan algunos enjambres al mes como parte de la actividad sísmica normal en la región.
Muchas personas pueden pensar que la ocurrencia de muchos sismos pequeños puede evitar que ocurra un terremoto grande. La escala de magnitud es logarítmica, cada unidad de magnitud es 30 veces más grande que la unidad anterior. Es decir, se requieren 30 sismos de magnitud 3.0 para liberar la energía de un temblor de magnitud 4.0. O sea que, para liberar la energía de un terremoto de magnitud 7.0 se requerirían un millón de temblores de magnitud 3.0. Los temblores pequeños liberan algo de la energía de la falla, pero no evitan que ocurra un terremoto grande.
Los terremotos ocurren sin ningún aviso y pueden ser tan violentos que no dejan correr ni gatear, por lo que usted será tumbado al suelo en donde esté. "Agacharse, Cubrirse, y Agarrarse" le dará la mejor oportunidad de protegerse durante un terremoto... incluso durante temblores que causan que los muebles se muevan entre los cuartos y hasta en los edificios que pueden ultimadamente derrumbarse. Agachándose, cubriéndose la cabeza (y el cuerpo debajo de una mesa fuerte si es posible), y agarrándose de muebles (aunque estén moviéndose) le ofrece el mejor nivel de protección en la mayoría de las situaciones.
No. Se ha determinado que los animales tienen un comportamiento extraño antes de un evento sísmico ya que tienen los sentidos más agudos y pueden detectar las ondas del suelo antes que los humanos. Pero su cambio en comportamiento no es un factor confiable debido a que no se sabe con seguridad que su comportamiento inusual va a ser precisamente causado por un sismo, sino que podría ser por una inundación, huracán, fuego o cualquier fenómeno de la naturaleza.
Por definición, las réplicas son temblores que ocurren después de un terremoto grande (evento principal). Una réplica ocurre en la misma región del evento principal pero siempre es de una fuerza o magnitud más pequeña. Las réplicas se generan por el desplazamiento de las placas cuando se ajustan y alcanzan su punto de equilibrio después del terremoto principal. éstas son generalmente imprevisibles y pueden derrumbar los edificios que se han dañado con el evento mayor. Si el terremoto es de magnitud alta, es muy probable que siga generando réplicas por mucho tiempo, inclusive años. Esto es más común en áreas sísmicamente activas.
La intensidad de un terremoto es una medida subjetiva que determina el efecto del terremoto en las personas y en las estructuras. Para medirla se utiliza la Escala Mercalli Modificada (MM), que va de I- XII, donde I indica que se registró en los sismómetros pero no fue sentido por las personas y XII significa el colapso total de las estructuras.
La magnitud es la medida del tamaño de un terremoto basada en la cantidad de la energía liberada por el mismo. Esta se basa en los registros obtenidos por los sismómetros. El concepto de magnitud fue desarrollado en 1935 por el Dr. Charles Richter. La escala Richter fue desarrollada para terremotos locales registrados en sismómetros de Woods-Anderson, en California. Hoy día, los científicos usan una escala más sofisticada llamada Escala de Magnitud de Momento para determinar el tamaño de terremotos significativos ya que esta nueva escala relaciona directamente la cantidad de energía liberada por el terremoto con las propiedades físicas de la falla. En la escala de magnitud, cada incremento de un número completo se traduce en 32 veces más energía.
Los terremotos son mayormente el resultado del movimiento de las placas tectónicas, aunque también se ha encontrado que pueden ocurrir tanto por acción volcánica como por actividad humana, principalmente pozos de inyección de aguas residuales. La litósfera, parte más frágil de la Tierra que consiste en la corteza y el manto superior, está fracturada en placas y sub-placas a las que se han denominado placas tectónicas. Estas se mueven alrededor de la Tierra con el tiempo debido a la convección del manto, que es un proceso por el cual la Tierra se está enfriando.
Las placas se mueven de forma que van separándose, chocando o desplazándose lateralmente. En nuestra región existen dos placas grandes y varias pequeñas. Al norte de Puerto Rico se encuentra la placa de Norte América, al sur la placa de América del Sur, al oeste la Placa de Cocos y en el centro la placa del Caribe. Los terremotos en la región de Puerto Rico y las Islas Vírgenes se producen principalmente a partir de la interacción de la Placa de América del Norte con la Placa del Caribe.
De la combinación de los siguientes parámetros depende el grado de destrucción que puede producir un sismo:
Se denomina sismo artificial aquel que es producido por el hombre mediante la detonación de material explosivo en el interior de la tierra. Por lo general, son sismos de baja intensidad, inducidos para realizar estudios en el subsuelo, y para buscar hidrocarburos o minerales, entre otras cosas.
Las grietas superficiales pueden formarse durante deslizamientos de tierra provocados por terremotos, deslizamientos laterales u otros tipos de fallas del terreno, pero las fallas no se abren durante un terremoto. Un terremoto ocurre cuando dos bloques de la corteza terrestre se deslizan uno sobre el otro después de haber estado pegados en un lugar durante mucho tiempo, debido a la fricción en la falla, mientras que el resto de la corteza que se aleja de los bordes se ha estado moviendo lentamente. Si una falla pudiera abrirse, no ocurriría ningún terremoto en primer lugar porque no habría fricción que uniera los dos bloques.
Representa la energía sísmica liberada en cada terremoto y se basa en el registro sismográfico. Es una escala que crece en forma potencial o semilogarítmica, de manera que cada punto de aumento puede significar un aumento de energía diez o más veces mayor. Una magnitud 4 no es el doble de 2, sino que 100 veces mayor.
NOTA: Esta escala es "abierta", de modo que no hay un límite máximo teórico
Se realiza a través de un instrumento llamado sismógrafo, el que registra en un papel la vibración de la Tierra producida por el sismo (sismograma). Nos informa la magnitud y la duración.
Este instrumento registra dos tipos de ondas: las superficiales, que viajan a través de la superficie terrestre y que producen la mayor vibración de ésta ( y probablemente el mayor daño) y las centrales o corporales, que viajan a través de la Tierra desde su profundidad.
Un terremoto es el movimiento brusco de la Tierra (con mayúsculas, ya que nos referimos al planeta), causado por la brusca liberación de energía acumulada durante un largo tiempo. La corteza de la Tierra está conformada por una docena de placas de aproximadamente 70 km de grosor, cada una con diferentes características físicas y químicas. Estas placas ("tectónicas") se están acomodando en un proceso que lleva millones de años y han ido dando la forma que hoy conocemos a la superficie de nuestro planeta, originando los continentes y los relieves geográficos en un proceso que está lejos de completarse. Habitualmente estos movimientos son lentos e imperceptibles, pero en algunos casos estas placas chocan entre sí como gigantescos témpanos de tierra sobre un océano de magma presente en las profundidades de la Tierra, impidiendo su desplazamiento. Entonces una placa comienza a desplazarse sobre o bajo la otra originando lentos cambios en la topografía. Pero si el desplazamiento es dificultado comienza a acumularse una energía de tensión que en algún momento se liberará y una de las placas se moverá bruscamente contra la otra rompiéndola y liberándose entonces una cantidad variable de energía que origina el Terremoto.
Los gobiernos suelen establecer una serie de recomendaciones a la población para resguardarse y ponerse a salvo en caso de un sismo. Algunas de esas recomendaciones son:
Por lo general, las zonas de mayor probabilidad sísmica en el mundo son aquellas en las que las placas tectónicas ejercen presión unas sobre otras. Estas zonas se denominan “fallas”. Las fallas se encuentran, principalmente, sobre los bordes de las placas tectónicas.
Algunas de las zonas sísmicas más activas son:
Los componentes principales de un sismo son:
Los sismos suelen durar unos pocos segundos. A pesar de eso, muchas veces son muy destructivos. Los sismos de mayor duración pueden alcanzar los 120 segundos. Su duración depende de la cantidad de energía liberada y de la ubicación en la que se produzca el sismo.
La mayoría de los sismos se originan como consecuencia del movimiento de las placas tectónicas. Estas placas interactúan entre sí en sus bordes, donde se acumula energía por el empuje o fricción entre ellas.
Además, existen otros fenómenos que pueden provocar sismos. Algunos de ellos son:
La magnitud de los sismos se mide con la escala de Richter. La magnitud es la cantidad de energía liberada por el sismo, y se mide de 0 a 10. Un sismo de 0 en la escala de Richter es imperceptible en la superficie, mientras que uno de 10 equivale a un sismo de máxima magnitud, y libera una energía equivalente al total del consumo anual de energía de Estados Unidos.
Los enjambres o secuencias sísmicas (o sea la ocurrencia de un conjunto de temblores en un área específica durante un periodo de tiempo relativamente corto) ocurren con frecuencia en la región de Puerto Rico y las Islas Vírgenes. Instrumentos sofisticados establecidos en años recientes permiten detectar esta actividad sísmica de menor intensidad en la zona. Por lo general, un temblor principal de mayor magnitud puede iniciar un enjambre sísmico en alguna zona, y los temblores que le siguen no son mayores de magnitud al inicial. Los científicos desconocen las causas de estos enjambres y si estos son precursores de otros eventos más fuertes.
Las réplicas son sismos de menor magnitud que ocurren después que se produce un terremoto grande en la cercanía de la zona de ruptura asociada al sismo principal. En algunas ocasiones las réplicas pueden ser similares de magnitud al terremoto original y ocasionar daños adicionales. Algunas series de réplicas duran largo tiempo, incluso superan el lapso de un año, como ocurrió en Puerto Rico después de los temblores del 1867 y 1918.
Durante un terremoto, la energía es liberada en forma de ondas, que viajan desde el punto del origen del terremoto, o sea el hipocentro, y se expanden a través del interior de la Tierra o se proyectan hacia la superficie terrestre. Estas ondas de energía surgen por el súbito rompimiento o división en las rocas de la fallas geológicas, o por fuentes no-naturales como una explosión. Esta energía es registrada por instrumentos como los sismógrafos. Las vibraciones de un temblor por estas ondas se pueden sentir por alrededor de 30 segundos-2 minutos, a pesar de que . No todas las ondas sísmicas son iguales. Hay varios tipos, y cada tipo de onda sísmica tiene un movimiento único. Los dos tipos principales de ondas sísmicas son: las ondas de cuerpo (ondas P y S), y las ondas superficiales (ondas R y L).
Una falla geológica es una fractura en la corteza de la Tierra que separa dos masas de roca, y donde una de las masas de roca se ha desplazado con respecto a la otra. La mayor concentración de fallas están ubicadas en los bordes de las placas tectónicas. Aunque no es común, también hay algunas fallas activas en medio de las placas tectónicas.
Casi el 80 por ciento de los seísmos del planeta ocurren en las costas del océano Pacífico, un área que también recibe el nombre de «Anillo de Fuego» por la gran actividad volcánica que presenta. La mayoría de los terremotos ocurren en zonas sísmicas o fallas geológicas, donde las placas tectónicas (gigantes placas rocosas que conforman la corteza superior del globo terráqueo) colisionan o se rozan entre sí.
Durante el temblor:
Después del temblor:
No, no se puede predecir un terremoto en México con certeza. Sin embargo, hay métodos que pueden ayudar a estimar la probabilidad de que ocurra un terremoto en un área determinada.
Uno de estos métodos es el análisis de la actividad sísmica histórica. Al estudiar los patrones de actividad sísmica en una región, los científicos pueden determinar las áreas que son más propensas a los terremotos.
Otro método es el uso de modelos numéricos. Estos modelos pueden simular el movimiento de las placas tectónicas y ayudar a predecir los lugares donde es más probable que ocurran terremotos.
En México, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) utiliza una combinación de estos métodos para estimar la probabilidad de terremotos. El SSN emite boletines de alerta sísmica que proporcionan información sobre la probabilidad de terremotos en diferentes áreas del país.
Sin embargo, es importante señalar que estos boletines de alerta sísmica no son una garantía de que ocurrirá un terremoto. Son simplemente una herramienta que puede ayudar a las personas a estar preparadas para un posible terremoto.
En caso de sismo en México, los números de emergencia a los que se puede llamar son:
Servicio de emergencia: 911
Secretaría de Protección Civil: 56 83 22 22
Policía: 060
Cruz Roja: 065 y 53 95 11 11
Bomberos: 57 68 25 32
Locatel: 56 58 11 11
Es importante señalar que, en caso de un sismo, las líneas telefónicas pueden saturarse. Por lo tanto, es recomendable utilizar las líneas de emergencia solo en caso de emergencia real.
Los microsismos son temblores de baja magnitud, generalmente menores de 3,0 en la escala de magnitud de Richter. Se pueden sentir, pero generalmente son demasiado débiles para causar daños. Los microsismos se producen por una variedad de causas, incluyendo:
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) es una dependencia del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su misión es establecer y mantener una red de monitoreo de sismos en el país, que opere con altos estándares de calidad y de manera continua.
El SSN fue fundado el 5 de septiembre de 1910, y es el organismo encargado de recopilar, analizar y difundir información sobre la actividad sísmica en México. La red de monitoreo del SSN consta de más de 300 estaciones sismológicas ubicadas en todo el país. Estas estaciones registran los movimientos del suelo y envían la información al centro de procesamiento del SSN, ubicado en la Ciudad de México.
El SSN utiliza la información de su red de monitoreo para generar reportes sobre la actividad sísmica en México. Estos reportes incluyen la magnitud, la ubicación y el tiempo del sismo, así como su intensidad. El SSN también emite alertas sísmicas, que son señales de advertencia que se envían a los teléfonos celulares de los usuarios registrados.
El SSN es una herramienta fundamental para la prevención y mitigación de los desastres sísmicos en México. La información que proporciona el SSN ayuda a las autoridades a tomar medidas para proteger a la población de los efectos de los sismos.
¡Bienvenidos! Buenos días a todo el pueblo mexicano. En este artículo te compartiremos el reporte oficial de los últimos temblores registrados en México, según los datos oficiales del Servicio Sismológico Nacional (SSN), en los principales estado del país que presentan actividad sísmica como Ciudad de México (CDMX), Oaxaca, Guerrero, Baja California, Jalisco, Colima, Michoacán, Chiapas, entre otros.
En este mapa elaborado por el Cenapred podemos apreciar a los estados de México que están expuestos a fuertes temblores en tres niveles de riesgo de sismicidad: bajo, medio y alto.
Listas de estados con más registros sísmicos en México:
Si en caso sentiste un fuerte sismo, sobre todo, en Ciudad de México (CDMX) y no recibiste algún mensaje de alerta en tu móvil esto puede tratarse de los llamados “microsismos”, temblores de baja intensidad que no superan las magnitudes de 3 grados y que son casi imperceptible en la Tierra. Recuerda que el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) solo se activa en los siguientes escenarios:
“Estamos buscando más sismos lentos, como los de mayo y diciembre de 2023 en las fallas Barranca del Muerto y Mixcoac, quizás ocurridos en otras fallas más al norte y que estén relacionados con los microsismo recientes”, explicó Víctor Manuel Cruz Atienza, sismólogo de la UNAM, para la Agencia EFE.
Te comparto una lista útil de buenos acciones que debes realizar para poder enfrentar un fuerte sismo en México o cualquier otro país del mundo. Pon en práctica las siguientes recomendaciones de seguridad que te mostraré a continuación:
Antes del sismo en México
Durante el sismo o terremoto en México
Después del sismo en México
¿Todos los sismos pueden generar tsunamis?
Un Tsunami son olas de varios metros de altura producidas por un sismo cuyo hipocentro tiene lugar bajo el océano. Estos sismos hacen que el suelo marino se desplace en forma vertical, lo que genera un desplazamiento violento del volumen de agua que se encuentra por encima de éste.
Por el contrario, los temblores de baja magnitud y los que producen desplazamientos de tipo horizontal en el piso oceánico no generan tsunamis.